Kilos por gramos es un espectáculo que ahonda en profundidad lo que significa la adicción no sólo a sustancias sino también a vínculos tóxicos.
Catártica y liberadora, propone un sinfín de imágenes que nos remiten a jóvenes perdidos en busca de encontrar su propia identidad disfrazada de destino que se ve como incierto y desolador.
Todo es un juego: buscar piso y trabajo, enamorarse, esnifar y vender cafeína? Hasta que la cosa se pone seria. La emoción, el vértigo y lo irrepetible de las primeras veces.
Primero idealización o enamoramiento, luego la dulce luna de miel; y por último decadencia y ruina. Son las tres partes que componen el relato y son también las fases de una adicción, ya sea a las drogas o al amor dado con cuentagotas. Basado en hechos reales: «Sí, lo digo, pero que la policía no venga a reclamarme ahora, que ya ni consumo, ni vendo.»
Con una puesta en escena interesante y creativa logran transmitir las emociones de estos jóvenes que en definitiva no saben cuáles son los limites y juegan los 120 minutos a romperlos y desafiarlos.