La actriz María Pastor se mete en la piel de la poetisa estadounidense, Emily Dickinson en un monólogo en el que se hace un recorrido por toda su vida. En La Dama de Blanco los espectadores conocerán el lado más íntimo de la poetisa, en especial su vida solitaria que giraba en torno al mundo de las letras.
En esta función vemos a una María Pastor arrolladora, envolvente y camaleónica que es capaz de convencerte durante esos minutos que estás ante la mismísima Emily Dickinson. La actriz no deja en ningún momento de estar en lo más alto de su actuación, su voz, su énfasis hace que no pierdas detalles y sigas su vida con especial emoción.
Juan Pastor, el director, es la segunda vez que se sumerge en el mundo de la estadounidense, ya lo hizo, además con la misma actriz, en La Bella de Amherst. En esta hace un viaje delicado, cuidado y con un toque de humor que no abandona la obra en ningún momento.
Sin duda una reflexión sobre la vida, el deseo por una vida profesional y el reconocimiento. Un viaje por el amor de la familia, el cariño y las dulces anécdotas de la protagonista.