La obra maestra atemporal «La importancia de llamarse Ernesto» escrita por el dramaturgo irlandés Oscar Wilde, llega al Teatro Pavón de la mano del director David Selvas para demostrarnos que a pesar de haber sido escrita hace ya unos cientos de años, sigue siendo de total actualidad.
En ella dos jóvenes amigos británicos se inventan respectivamente un segundo ‘yo’ que les permita ser libres y poder llevar a cabo la vida que tanto desean y anhelan, guardando las apariencias respecto a la sociedad victoriana a la que pertenecen. Esta doble vida les trae la parte que andaban buscando pero tras encontrar ambos el amor verdadero, el mismo personaje que les daba la libertad ahora se la coarta, queriendo volver a ser ellos mismos pero dispuestos a renunciar a ello por amor.
Esta comedia es una auténtica sucesión de juegos de palabras y acciones muy ingeniosas relacionadas entre sí que van dándose durante toda la obra entre sus personajes y que mantienen al público muy atento mientras arrancan risas y sonrisas entre todos los presentes; a la par, la obra nos invita a reflexionar sobre la importancia de ser honesto con nosotros mismos y con los demás, la importancia de ser libre para ser quién quieras ser y denunciar públicamente la hipocresía social en la cual muchas veces nos vemos todos inmersos.
David Selvas, realiza una fantástica adaptación musical de la obra de Oscar Wilde, dándole un aire más desenfadado y divertido que nos hace casi olvidarnos qué lo que se está representando sobre el escenario ha sido escrito en 1895. La elección del elenco es más que acertada, cuyos protagonistas son Silvia Marsó y Pablo Rivero, de los cuales solo se puede decir cosas buenas pero que no desmerecen al resto del elenco. Todos lo hacen genial.
Esta obra es un clásico muy muy actual que no deberíamos perdernos ninguno. Así que te llames Ernesto o no, merece mucho la pena ir a verla.