La importancia de llamarse Ernesto se puede ver en el Teatro Lara. Esta adaptación de la obra escrita por Oscar Wilde en 1895 es una comedia sobre la sociedad y las costumbres de la época. Lo que me ha gustado de esta adaptación es cómo se une lo moderno del siglo XXI con lo clásico y con las reglas de la sociedad del siglo XIX. En esta obra he visto pequeños detalles y guiños a este mundo moderno, pero sin perder nunca de vista el texto original.
Me ha enamorado la perfecta, pero sencilla escenografía, el juego de luces que hace que el escenario sea mucho más grande y el vestuario acorde con la época del texto aunque con un toque actual.
La trama enganchará al espectador por el elenco, porque ellos y ellas están muy bien en el escenario, pero tengo que confesaros que en esta obra aunque se llame «La importancia de llamarse Ernesto«, las protagonistas indiscutibles son Paloma Paso Jardiel, Ana Azorín, Inés Kerzan y Ángela Peirat, las mujeres que se niegan a vivir en las costumbres de aquella época, y que con sus disparatadas ensoñaciones y locuras nos harán pasar un rato maravilloso.
Creo que el director ha hecho muy buen trabajo a la hora de adaptar esta obra de Wilde, y también me ha gustado cómo ha sabido dirigir a todos los actores y actrices, porque cada uno de ellos tiene sus peculiaridades, tienen una forma de moverse única y hasta una forma particular de hablar y gesticular.
Por otro lado, creo que el director, al saber cuáles son los puntos o momentos más fuertes en la obra, los ha acentuado de distintas maneras y formas, y le ha quedado de manera muy natural.
Se me ha hecho corta esta adaptación de La importancia de llamarse Ernesto, pero cuando una disfruta en el teatro, se nota.
Creo que, debido a los momentos que Madrid está viviendo ahora, con toda esta incertidumbre a su alrededor, ir a ver esta obra al Teatro Lara ha sido una muy buena idea, porque he salido renovada y he disfrutado de la que es siempre una cultura segura.