María y Susana son dos chicas de 17 años que se encuentran en el campamento de verano cristiano La brújula, al que acuden desde pequeñas y al que continúan yendo cada año para unirse a las fiestas del pueblo de al lado, en las que se vive a flor de piel el famoso género musical electro-latino. Es allí, rodeadas de monjas, -una de ellas la incombustible Yolanda Ramos-, dónde sintieron una llamada que cambió sus vidas para siempre.
Aparte de la historia y un texto sesudo, el juego principal lo da también un elenco de actores que combinan su carrera sobre las tablas con la música. Un formato no habitual, pero complementario, el artista respira música, rebosa arte. A eso se une una banda que toca en directo y que pone la guinda a un espectáculo impecable, en el que los actores corretean entre las filas, en el que dios se abre paso a través de unas escaleras que salen de un palco.
Con más de 1.000.000 de espectadores que ya han visitado la sala principal del madrileño Teatro Lara, La Llamada de Javier Ambrossi y Javier Calvo arrancó con la idea de convertirse en un musical underground, hoy es ya un clásico ineludible de la cartelera teatral madrileña. Quien no haya visto todavía La Llamada, no vea la película aún, y se vaya corriendo al teatro.