Ay, si los baños de los salones de boda hablaran… o si pudiéramos asomarnos por un agujerito en cualquiera de ellos… seguramente tendríamos argumento para unas cuantas obras de teatro y películas, ¿verdad?. ¡Pues ese es el privilegio que tenemos como público en La madre que me parió! Nos convertimos en voyeristas autorizados, con licencia para reír a carcajada limpia, ante los momentos íntimos entre amigas y madres que se desarrollan en el excusado del banquete de una boda, que por cierto, no pinta que vaya a acabar muy bien. El punto de partida es una novia arrepentida que pide ayuda a sus amigas durante el banquete de su boda.
La madre que me parió es una comedia de enredo, de muchos enredos entre mujeres (madres, amigas e hijas), que celebra su séptima temporada y lleva la firma -en la dirección- de Gabriel Olivares que también ha dirigido obras de éxito como Burundanga; ambas obras, La madre que me parió y Burundanga he tenido la suerte de compartirlas con mi madre, ¡y las dos las disfrutamos muchísimo! Parte del éxito de esta obra reside en que cualquiera se puede sentir identificado, sobre todo las mujeres, porque aunque no todas hayan sido madres, en general todas hemos sido hijas y hay patrones, comportamientos, relaciones y frasecitas de madre y de abuela, que se transmiten de generación en generación, y eso es algo que en una comedia, nunca falla, ¡risas más que aseguradas!
Mención especial merecen las madres senior de la obra que viven su particular noche de revolución y excesos, ¡grandísima interpretación de Marisol Ayuso, Aurora Sánchez y Olga Hueso, que nos dejan momentos desternillantes! La madre que me parió es una obra genial para quienes quieran ir a pasar un buen rato al teatro y para quienes se han preguntado alguna vez, ¿por qué siempre las mujeres van juntas al baño?