La madre que me parió

Este fin de semana acudí al teatro Lara a ver La Madre que me parió y he de decir que hacía tiempo que no me reía tanto y sin parar durante los 90 minutos de función.

Es una comedia inteligente, con unos toques sutiles en cada uno de sus personajes. Las 3 madres son una maravilla. Marisol Ayuso increíble en su papel, divertida, inteligente e inaguantable a partes iguales. El personaje de Olga Hueso divertidísimo, la chispa de la función... admirable. Pero sin duda me sorprendió Aurora Sánchez, con una madre aparentemente seria que era desternillante.

Cada una de ellas representa facetas de nuestras propias madres, donde descubres frases que has oído cientos de veces de ella y que, lo que es peor, empiezas a repetir tu.

Las hijas divertidas y con roles tan diferentes, que representan claramente lo bonito de la amistad, ser todas diferentes y a la vez querer protegerse.

El papel del único chico de la función es muy divertido, sobre todo en lograr el reto que le tiene toda la función ocupado.

Totalmente recomendable... no me extraña que sea ya su séptima temporada.

La madre que me parió es de esos espectáculos que te atrapan una vez te sientas en la butaca y no te sueltan hasta que terminan los aplausos.

En mi opinión, no todos los textos tienen que llegar a grandes conclusiones o verdades. De hecho, cuanto más variada sea la oferta teatral de una ciudad, más rica y completa es para el público. En este montaje el texto está lleno de genialidades divertidas, gags y banalidades cotidianas que consiguen que el público pase una hora y media alegre y se olvide de la realidad.

Siempre que veo una obra dirigida por Gabriel Olivares disfruto muchísimo. No es fácil conseguir esa perfección de ritmo y escucha. Las actrices y el actor disfrutaban muchísimo actuando, se notaba que se lo pasaban en grande encarnando a los personajes y viviendo esa enredada historia. Cuando eso se produce en un escenario, solo puede pasar una cosa: el público se contagiaba de esa magia. Las risas y la sinergia entre los actores y los espectadores se manifestaba continuamente, creando una función viva y espontánea.

La obra habla sobre las madres, sobre las hijas, sobre un grupo de amigas, sobre el matrimonio y sobre la importancia de ser una misma. Para mí, el punto fuerte de la trama son las tres madres que aparecen en la comedia... ¡divertidísimas y muy distintas entre ellas!

La recomiendo 100% a quien quiera echarse unas risas, evadirse de la realidad y disfrutar del trabajo de un equipo que, sin duda, sabe crear grandes montajes de comedia.

 

 

La madre que me parió  es una comedia que nunca pasa de moda.
Los amigos y amigas que tenemos nos pueden decir las cosas o callarse, pero nuestra fan número siempre será nuestra madre y nos comentará las cosas sin anestesia y sin dolor.
No he asistido a muchas bodas en mi vida, pero a las que he acudido nunca habían dado tanto juego como en esta ocasión.
El cuarto de baño es el lugar elegido para hacer confidencias, destapar secretos y para que fluya esa sinceridad que ha estado oculta los restantes 364 años.
Todo el elenco está sublime, pero Marisol Ayuso, Aurora Sánchez y
Juana Cordero son de otro mundo.
Estas tres actrices que interpretan a las madres de las protagonistas son increíbles y los momentos más inolvidables, memorables y divertidos se los debemos a ellas. Todas esas escenas en las que madres e hijas están juntas sobre el escenario, no sabías ni a quien mirar, ya que era un bis a bis de lo más interesante y emocionante.
La madre que me parió me ha encantado por su frescura, por la forma en la que tratan los problemas más mundanos y locos de las relaciones materno filiales, por la manera en la que todo tiene solución, etc.
Los diálogos son chispeantes, originales y desternillantes.
Todas las personas del público se sintieron identificadas en algún momento de la obra e incluso yo.
¡La volvería a ver! Ya que me reí de un humor más de andar por casa y menos elaborado que otras obras que he visto últimamente, pero muy eficiente.
No me extraña que esta sea la quinta temporada de esta producción y que la gente siga repitiendo, ya que es un bonito, alocado, distinto y atípico homenaje.
¡Por más temporadas! ¡Viva las madres! ¡Gracias por vuestro amor incondicional!

 

Ay, si los baños de los salones de boda hablaran... o si pudiéramos asomarnos por un agujerito en cualquiera de ellos... seguramente tendríamos argumento para unas cuantas obras de teatro y películas, ¿verdad?. ¡Pues ese es el privilegio que tenemos como público en La madre que me parió! Nos convertimos en voyeristas autorizados, con licencia para reír a carcajada limpia, ante los momentos íntimos entre amigas y madres que se desarrollan en el excusado del banquete de una boda, que por cierto, no pinta que vaya a acabar muy bien. El punto de partida es una novia arrepentida que pide ayuda a sus amigas durante el banquete de su boda.

La madre que me parió es una comedia de enredo, de muchos enredos entre mujeres (madres, amigas e hijas), que celebra su séptima temporada y lleva la firma -en la dirección- de Gabriel Olivares que también ha dirigido obras de éxito como Burundanga; ambas obras, La madre que me parió y Burundanga he tenido la suerte de compartirlas con mi madre, ¡y las dos las disfrutamos muchísimo! Parte del éxito de esta obra reside en que cualquiera se puede sentir identificado, sobre todo las mujeres, porque aunque no todas hayan sido madres, en general todas hemos sido hijas y hay patrones, comportamientos, relaciones y frasecitas de madre y de abuela, que se transmiten de generación en generación, y eso es algo que en una comedia, nunca falla, ¡risas más que aseguradas!

Mención especial merecen las madres senior de la obra que viven su particular noche de revolución y excesos, ¡grandísima interpretación de Marisol Ayuso, Aurora Sánchez y Olga Hueso, que nos dejan momentos desternillantes! La madre que me parió es una obra genial para quienes quieran ir a pasar un buen rato al teatro y para quienes se han preguntado alguna vez, ¿por qué siempre las mujeres van juntas al baño?

Una divertida comedia de enredos, secretos y confesiones donde se refleja las relaciones entre madre e hija y donde queda demostrado como "somos lo que vemos".

El elenco, mayoritariamente femenino, hace alarde del control del timing para la comedia, sus interpretaciones llenas de matices dotan a los personajes de un dinamismo que, a veces, el texto parece no tener y que, en ocasiones, también se suple por los movimiento escénicos y por la gracia de los mismos personajes.

Una historia sencilla que funciona gracias a la construcción de los personajes, cada uno con un carácter bien definido y opuesto al del resto lo que les lleva a números situaciones incómodas que las resuelven mediante el humor.

En esta obra de Ana Rivas Helena Morales se habla de ese amor capaz de unir los polos opuesto, de esa amistad que perdura a lo largo de las años y del amor maternal.

"La madre que me parió" es una comedia que lleva varios años en cartel y que actualmente está en la sala Cándido Lara en el Teatro Lara.