Un prólogo, cuatro monólogos, un epílogo y una escena final conforman la estructura de La mujer fantasma, el nuevo espectáculo de la compañía T de Teatre, que en esta ocasión ha sido escrito y dirigido el dramaturgo argentino Mariano Tenconi Blanco. Estamos en los años setenta, y cuatro maestros de escuela explican un episodio vital que las vincula a cada una con un fantasma: una amante argentina, una madre muerta, una compañera sentimental y una actriz fusilada.
La música en directo, a cargo de Joan Palet (violonchelo) y Rafel Plana (piano), crea un ambiente acogedor y discreto que acompaña las actrices en todo momento y da unidad al conjunto de la obra. En este orden, Marta Pérez capta la atención y la empatía del público interrogándose sobre qué es la vida, Maman Duch llega al corazón del espectador con la descripción del vínculo maternofilial, Ágata Roca se luce con un juego lingüístico muy bien trabajado y conseguido y Carme Pla arranca risas cómplices en los momentos más expresivos.
Una ideal escenografía de madera, moderna y austera a la vez, sirve de fondo para las proyecciones y permite cierto movimiento a las intérpretes. Solo se prescinde a la escena coral de clausura, que se desvía notablemente de la línea de los monólogos —no los cuatro con la misma fuerza dramática, por cierto— pero queda compensada por la interacción entre las actrices, que cierran el montaje con la firma T de Teatre.