La vida a hostias es una obra brillante. Me hizo reír muchísimo, me emocionó y, además, me regaló un bonito mensaje.
Relata la vida de una madre desde el punto de vista de su hijo. Aunque la historia está contada desde la melancolía, la comedia es la gran protagonista. La obra comienza por el final y, con diferentes escenas muy divertidas, te va contando pedacitos de la vida de la protagonista ausente y de su hijo, el que nos relata la historia.
Tiene un guion muy ingenioso, divertido y tierno. Es un homenaje a una madre contado de una manera formidable. Aunque podría caer en el drama, no lo hace, llevando la tragedia de la mejor forma posible y aportando un rayo de luz y alegría conmovedor. Me encantó la estructura del guion, comenzando por el final de la historia y acabando por casi el principio. También el surrealismo con el que se tratan los temas o las vivencias que el hijo recuerda, momentos que sabes que no pasaron exactamente así pero que reflejan perfectamente lo que sentía el personaje en ese instante.
Los actores están fantásticos. Los tres se salen con los diferentes personajes que interpretan… Se entregaron completamente, con una energía desbordante y una vis cómica que nos hizo estallar de risa muchas veces.
Me fui a casa con un bonito mensaje que no os voy a desvelar… Un gran aprendizaje sobre cómo sobrellevar las hostias que te da la vida. ¡Os la recomiendo totalmente!