Los oscuros mecanismos del poder

Las brujas de Salem

Las brujas de Salem
30/01/2017

Para Arthur Miller, el teatro era un arma para combatir todo aquello que le preocupaba o molestaba de su tiempo. Podríamos decir que, como director, Andrés Lima recoge también esta misma filosofía contestataria, como ha demostrado con el espíritu crítico de varios de sus montajes. En este sentido, Les bruixes de Salem, espectáculo inaugural del Festival Grec 2016, resulta, en sus manos, un texto muy adecuado para hablar de temas actuales como la utilización del miedo y el terror como mecanismos del poder para mantener el control y sus intereses económicos. La caza de brujas del macartismo que inspiró esta emblemática obra remite ahora a otras situaciones igualmente oscuras de nuestro país y el momento presente, donde los políticos acusan a titiriteros de apología del terrorismo o crean leyes opresoras como la llamada ley mordaza, entre muchos ejemplos posibles. Son estos fantasmas y la voluntad de auto-crítica lo que dan más validez, pinceladas de dramaturgia incluidas en esta línea, a la propuesta encabezada por un contundente Lluís Homar. Desgraciadamente, a pesar de las buenas interpretaciones y otras virtudes como una austera puesta en escena, se echa de menos una cierta actualización en torno a la figura femenina que, según el transcurso de la historia, acaba relegada a un elemento secundario, dejando que los hombres acaparen todo el protagonismo del conflicto cuando, en realidad, es evidente que se trató de una matanza esencialmente de mujeres. Salvando eso, además de la cierta estridencia de algunos enfrentamientos y unas decisiones escenográficas poco funcionales, el conjunto consigue mantener el interés durante las más de dos horas de duración -cosa muy loable- con una intriga y una tensión muy elaboradas y llevadas a cabo con eficacia.

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