De la intimidad de Hampstead Downstairs al West End, y ahora, en el Pavón Kamikaze tras pasar por La Villarroel de Barcelona. Sílvia Munt acepta el reto de Amelia Bullmore que es a la vez un caramelo que te hace salivar desde la primera página, y un viaje lleno de desafíos que pueden hacer tambalear el resultado final. El tono del texto de la escritora inglesa exige la directora catalana decidir si quiere que su obra se decante hacia la sitcom o mantener un equilibrio que lo acerque al drama. Las chicas de Mossbank Road explora las entrañas de la amistad entre tres chicas, en la morfología de su relación, en la necesidad de tener alguien al lado, en la dificultad a la hora de ensamblarmaneras diferentes de ver las cosas con el objetivo de preservar la amistad, la finalidad superior.
La propuesta de Sílvia Munt es afinadíssima en el ritmo, en las pausas, en el decir de los personajes. Probablemente, le sobran un par de escenas, pero, en cualquier caso, no malogra en absoluto el resultado final. El recital de Clara Segura es avasallador, mientras que Marta Marco y Cristina Genebat también aciertan el tono.
Hay que ir a verla. Emoción controlada en el mejor sentido de la expresión.