Quizás porque la comedia envejece peor que el drama y la tragedia, nos hemos encontrado muchas veces adaptaciones teatrales de Molière que mantenían su profundidad pero no su gracia. El hecho de haber visto demasiadas obras del gran comediógrafo francés en montajes fallidos puede haber creado el prejuicio en algún sector del público de que se trata de un autor denso y desfasado. Afortunadamente, Enric Cambranyy Ricard Farré, con una entrega total y su estimulante vis cómica, demuestran que Molière no sólo es actual sino que también puede ser fresco y divertidísimo. Los ocho papeles que se reparten entre los dos actores requieren de un sentido del ritmo y la caricatura admirables que, sin duda, saben hacer brillar. De esta manera, en Las dones sàviesconsiguen hacer de cada escena una burla fantástica de la pedantería, con referencias a la sociedad contemporánea, canciones y líneas de diálogo que son para mearse de risa. Es cierto que el espectáculo dura sólo una hora y entra rápido y ligero… pero esto no le resta la acidez de su contenido crítico ni el valor del trabajo interpretativo de los dos protagonistas que emplean una energía increíble para hacer que la propuesta funcione. ¡Y vaya si funciona!
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