No siempre coincide una dramaturgia fascinante con una puesta en escena igualmente cautivadora, creativa e innovadora. No es sólo el qué sino también el cómo. Aunar los dos aspectos es tarea ardua. Cuando como aquí, coinciden en un nivel de calidad altísimo, asistes a una velada de Teatro con mayúsculas.
Por una parte, la historia (nacimiento, auge y caída) de un símbolo del capitalismo: la banca Lehman. Tan icónica fue la imagen de sus empleados abandonando estupefactos la sede con sus pertenencias en una caja que fue el símbolo de la crisis financiera de hace una década. ¿Cómo podía caer uno de los símbolos y pilares del sistema? Pocos se preguntaron cómo se había convertido en lo que era. Quizás uno de los que sí lo hizo fue el autor del texto, Stefano Massini, que ya fue llevado a escena hace un par de temporadas con una puesta en escena dinámica (son 3 horas anunciadas, 3h40 el día que yo asistí) pero modesta comparado con el desborde de imaginación que aquí nos trae Sergio Peris-Mencheta. 6 actores músicos, cantan, interpretan, se desdoblan, tocan instrumentos de una forma apasionada, polifacética y frenética, como la propia escenografía, cambiante sin parar, aprovechada al máximo.
La saga durante siglo y medio de los Lehamn, emigrantes alemanes que empezaron con una tienducha de venta de telas y en poco tiempo estaban en el olimpo de la banca mundial. Su instinto natural para los negocios, valientes, temerarios, viendo oportunidades donde otros veían dificultades. Una ambición desmedida, una confianza en sí mismos apabullante…que lleva aparejada la soberbia. Una historia minuciosamente contada sin que por ello sea un simple compendio de datos, sino que está llena de humor, música y una coreografía milimétricamente perfecta.
Lo menos bueno: el final es tratado sin el tiempo que merece (de hecho, dudo que quienes desconocen la historia capten qué hizo caer a este titán) comparado con el detallismo de los primeros años de los 3 hermanos.
En resumen: Una manera excelsa, original y creativa de contar una historia real de forma tan apabullante como fascinante.