Que India Martínez es una de las mejores voces de nuestro país es algo que ya sabía, pero que confirmo al escucharla a unos pocos metros, dejándose llevar por las palabras que escribió Federico, junto a un piano también en directo.
Para los amantes del flamenco y para los que no lo son, Lorca por Saura es inesperadamente emocionante. Y no porque de todo ese equipo -los que se ven y los que no- no se espere mucho -que se espera bastante-, sino porque nos creemos que la vida de Lorca ya nos la sabemos, porque nos creemos que Lorca ya está hecho de todas las maneras posibles. Pero no, la combinación de interpretación, fotografía, música y baile es de repente tan natural que me hace preguntarme por qué a nadie se le ha ocurrido antes. No hacían falta más que un par de focos para que el cuento acabe de tener sentido.
Es imposible no conmoverse al entrar de lleno en la vida del poeta, en sus viajes, en sus preocupaciones, en sus amistades y en sus nostalgias. De Madrid a Nueva York, a Cuba y a Buenos Aires. Recorrido en el que un brillante Alberto Amarilla destaca por su versatilidad, su comedia, su presencia, sobre todo en uno de sus monólogos, además de su compañera Saturna Barrio. Es un privilegio escuchar a India Martínez cantar algunos de los poemas más conocidos de uno de nuestros mejores poetas, que nos sabemos aunque ni lo sepamos. Hacía mucho que no veía un teatro lleno en pie al completo.
Sin duda, Saura estaría más que orgulloso. Y nosotros de tener en nuestra Historia a estas figuras, a estos talentos, a estas leyendas.