Quijotes y Sanchos es una experiencia deliciosa, mágica, inteligente, maravillosa y me podría pasar horas y horas poniendo adjetivos a lo que he sentido al finalizar esta obra de teatro al (no) uso. Las obras de teatro nos remueven, nos hacen pensar, nos hacen vivir mil vidas o una sola vida, pero que no es la nuestra, pero de repente llega Quijotes y Sanchos para que nosotros vivamos, sintamos y seamos los protagonistas de esta historia, con perdón de Sancho y Quijote. Nunca me había parado a pensar si soy Sancho o Quijote o qué decisión tomaría en lugar de Sancho o si hubiese actuado como Quijote, creo que me he acomodado y se me había pasado eso de ‘voy a vivir una aventura’. Me gusta ser turista en mi propia ciudad, pero es verdad que, muchas veces por pereza, por cansancio y por mil excusas más, siempre termino yendo o viniendo por el mismo camino y aunque miro hacia arriba, nunca me he imaginado o he puesto voz a las personas de los balcones que se asoman, a los que se mimetizan con los edificios,etc. Me he dejado guiar por mi cabeza, por mi corazón y por las indicaciones del casete. He dejado a un lado el móvil y he desconectado de mi vida anodina para vivir una aventura visual y sensorial. En Quijotes y Sanchos ha habido varias voces que me han guiado en la aventura y han sido unos buenos y unas buenas compañeras de viaje. He podido mirar a los ojos a las personas que se cruzaban en mi camino, he tarareado «te doy una canción de Silvio Rodriguez» y me he reído a carcajadas con la anécdota del camionero de Australia. Han sido dos de las mejores horas de mi vida, he ido al teatro o a la posada de un modo y he terminado esta locura, enamorada de Quijote y de Sancho y les he entendido un poco mejor. He descubierto un Madrid inusual, lleno de colores, lleno de contrastes y hasta con alguna criatura agazapada en alguna esquina, pero mi imaginación tan dormida por estos tiempos tan oscuros, ha vuelto a volar. Esta compañía todo lo que toca y lo que hace vivir al espectador se queda en la memoria y se convierte en una experiencia inolvidable.
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