Toda gran noticia puede ser condensada en un primer párrafo. El papel de la prensa como estandarte de ese gran derecho constitucional denominado «libertad de prensa». El periódico como «esa novela interminable que caduca en un mismo día». El diario de nuestras vidas condensado en cuatro columnas. El Teatro María Guerrero pone sobre la mesa con Los papeles de Sísifo un tema tan esencial, capital y central en una sociedad, bastante olvidado en la dramaturgia, como es el periodismo desde su carisma, ritmo trepidante, precariedad y responsabilidad para con ese pueblo que se crea una concepción del mundo a través de sus páginas. Con un texto de Harkaitz Cano y una dirección de Fernando Bernués, este trabajo arranca con la tragedia del Prestige, y como el fuel malsano arribó a las costas vascas desde el Atlántico, y da paso al relato de lo que se vivió con el cierre del diario vasco Egunkaria, por su supuesta vinculación con el terrorismo. Con un debate amplio y eterno sobre dónde empiezan los derechos y acaban las libertades, la propuesta bien llevada, sabe hacerse eco de la responsabilidad social del trabajo periodístico, de su pasión, de la influencia y arma de doble filo que moldea las mentes de un pueblo, por ser un colador de la notoriedad. Obra clave y de calidad máxima que recupera un modo de teatro documental, necesario para entendernos a nosotros y a nuestra sociedad contemporánea.
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