Con la inolvidable historia de amor que tenemos en la mente y en el corazón gracias al cine, esta es una obra que podría haberse escondido en aquel recuerdo, pero que consigue crear nuevos significados y emociones. Quizás sea culpa de la dirección artística de Alberto Negrín o de la musical de Gerardo Gardelin o de todo un equipo que se luce en una producción que me ha sorprendido y por la que hay que dejarse arrastrar por su delicadeza y detallismo.
Los puentes de Madison, el musical está protagonizado por Nina y Gerónimo Rauch y, la verdad, es que hacen una pareja formidable. Parecen entenderse sin palabras y logran ir aumentando la pasión de sus personajes a cada escena. Excelente trabajo interpretativo que demuestra que este par de artistas debería seguir mostrando sus trabajos en muchas más ocasiones y registros.
El resto del elenco tiene la capacidad de aportar toques dramáticos en otros niveles y algo de humor en perfecto equilibrio. En paralelo, las canciones creadas para la ocasión tienen la particularidad de que, en sí mismas, continúan el relato, de manera que con ellas seguimos el hilo de la historia y no son un simple alto en el camino. Cada momento importante tiene su melodía hecha a medida y su punto de inflexión. Así, el recorrido dramático está exquisitamente presentado, haciendo que la duración no sea nada excesiva.
En Los puentes de Madison se disfrutan desde las escenas más pequeñas e individuales hasta las más elocuentes y llenas de energía en pareja o en familia. Además, es un gusto que un musical contenga esa parte romántica propia y que también haya sabido reflejar tan emotivamente ese cruce de caminos para la protagonista, así como el pasado que vuelve a atormentarla cuando es consciente de que la vida que lleva no es la que soñó. Porque esta es una historia de amor, pero antes de eso es una adaptación al teatro de otros temas, como las relaciones familiares, la capacidad de seguir adelante cuando no te han tocado las mejores circunstancias vitales y, sobre todo, para mí, es la aceptación de esta mujer de las decisiones que tomó y seguirá tomando a lo largo de su vida, de poder vivir en paz aun pensando que alguna vez se equivocó.