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Mag Lari: Strafalari

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Mag Lari: Strafalari → Teatro Marquina
28/12/2025 - Teatro Marquina

Mira por donde yo que siempre he renegado de los espectáculos de magia, ahora resulta que para dos que he visto este año, he salido encantado de ambos. También es cierto que más que por los números de ilusionismo, más llamativos los de Karim que los de Mag Lari, es por lo mucho que me he reído, ahí algo mejor el segundo que el primero, por lo que me he quedado con este buen sabor de boca. Y si de lo que se trata es de divertirse y pasar un muy buen rato, algo del todo respetable, el objetivo está de sobra cumplido. Para mensajes profundos y pensamientos trascendentes, hay otros espacios. Por favor, no le quitemos mérito a la risa. Son tan geniales Groucho Marx como Marlon Brando, David Lynch como Mel Brooks, y Lorca como Muñoz Seca. Cada uno a su manera.

Lo de Mag Lari es un no parar desde el primer segundo. Una carcajada tras otra a ritmo de trucos de prestidigitación que en su mayoría implicaban a un público entregado y cómplice que formó parte de la función como si fuera una marioneta sumisa manejada con hilos invisibles. Más que mago, que lo es, y bueno, humorista. Comicidad sin mayores pretensiones, algo que no es tan fácil como parece. No caer en la vulgaridad o en lo chabacano ni por un instante, y conseguir reírse del y con el público sin recurrir al insulto ni a la ofensa. Lo del técnico de sonido ya fue otra cosa, se paso tres pueblos con el pobre ayudante, por si tuviera poco con que le metieran en una caja y le atravesaran con espadas. Tranquilos, creo que estaba preparado.

Dicen que todo en la vida es una cuestión de expectativas. Las mías con este espectáculo no eran muchas, era difícil salir defraudado. Y por esa misma razón iba con la esperanza de con suerte no aburrirme, pero ni de lejos esperaba disfrutar tanto. Tener siempre la mente abierta es un buen plan, los prejuicios pueden hacer que nos perdamos grandes cosas. Tal vez en unos meses lo haya olvidado, no me deje huella en la mente y en el alma. Pero las agujetas de tanto reírme van a tardar unos días en quitárseme, y además he de añadir que apenas se metió con los calvos. Sólo un poquito, hoy en día es inevitable.

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