Hasta hace unos años, quienes quería ver los grandes musicales de Broadway o del West End, no le quedaba más remedio que viajar hasta Nueva York o Londres. Afortunadamente, ahora, ya podemos ver algunas de estas grandes producciones en nuestra propia ciudad y, aunque éstas tengan precios bastante elevados, continúan costando menos que en estas ciudades. Son los llamados «musicales franquicia», es decir, obras de gran éxito procedentes de estas ciudades y que se hacen en castellano, pero que conservan absolutamente todos los elementos del original, ya sea la escenografía, la iluminación, la dirección o el vestuario, por ejemplo. Así pues, podemos disfrutar de grandes musicales aquí como si los estuviéramos viendo en Londres o Nueva York. ¡Todo un lujo para los musical lovers!
Cuando supe que reponían Mamma mia! aquí me alegré y entristecí a la vez. Por un lado, siempre apetece volver a ver este contagioso musical. Pero, por otro lado, perdemos la oportunidad de ver otros musicales que no se ha estrenado todavía en nuestro país; podría hacer una lista extensa, pero eso solo nos dejaría con los dientes largos… Sea como fuere, siempre es un placer ver Mamma mia!, puesto que se trata de una propuesta que nos hace disfrutar durante toda la función y nos hace salir del teatro cargados de muy buen rollo. De hecho, lo que buscas es que el espectador salga del teatro con una gran sonrisa en la boca, cargado de buena energía y lleno de buen rollo.
Es sorprendente el éxito que ha logrado esta obra a nivel mundial: ha sido vista por millones de personas y lleva más incontables años ininterrumpidos en la cartelera de grandes ciudades como Londres. ¿Cuál es su secreto? Es difícil de decir, pero la obra abrió la ventana de musicales basados en canciones de grupos famosos del pasado, y eso ha llegado hasta nuestros días, junto con la tendencia de adaptar películas de éxito a nuevos musicales. En este caso, se consiguió crear una historia sencilla, pero cautivadora, que cuenta con elementos sugerentes que hacen que el espectador entre enseguida en su juego, todo explicado con un un lenguaje universal. Así, la historia se desarrolla autónomamente y las diferentes canciones quedan integradas en ella. Por lo tanto, no se trata de un simple karaoke o de un concierto homenaje a ABBA, si no un musical con vida propia que utiliza estas canciones para explicar su historia. Además, podemos decir que la integración de las canciones dentro de la historia no resulta nada forzada, gracias a una dramaturgia cuidada.
La producción cuenta con una dirección muy dinámica que juega con varios elementos como una escenografía móvil, una buena dirección de actores, con acertadas coreografías de baile y de escena, y unas transiciones perfectamente resueltas. Por otro lado, destaca un diseño de iluminación de gran nivel, como también unas grandes interpretaciones. Así pues, si queréis disfrutar de un musical muy bien hecho y con una técnica impecable, sin duda, esta es una buena opción. La sonrisa en la boca al salir de la sala está garantizada.