Por más que hayamos visto la película cientos de veces, por más que hayamos escuchado la música de ABBA sin parar, Mamma Mia! no deja de sorprender. Es un chute de energía y vitalidad que bien merece la pena ir a sacar la entrada y disfrutar de este musical que ya se ha convertido en uno de los grandes clásicos.
Más allá de la trama, de la historia que cuenta, bien conocida por todos, es fundamental destacar el trabajo de todo el elenco. Sin duda, esto es lo que hace brillar, aún más si cabe, a este espectáculo. Las tres actrices principales son extraordinarias, también el resto: actores masculinos, la joven protagonista y, por supuesto, el equipo de cantantes y bailarines que les acompañan.
La escenografía es impresionante y muy evocadora. Reproduce a la perfección la esencia de las islas griegas donde se desarrolla la historia. El juego de rotación de paneles para dar vida a diferentes escenarios es perfecto y la iluminación es alucinante. Y si todo ello se combina con canciones tan reconocibles por todos… ¡el espectáculo está asegurado!