Marta Pazos, como directora, es transgresora y original. Siempre te da qué pensar con sus obras y/o adaptaciones, pero llega Comedia sin título con texto de Federico García Lorca y Marta lo ha llevado extremo y al espectador le explota la cabeza durante las dos horas de espectáculo.
Estamos ante una obra que rompe con los esquemas/las barreras de lo que uno viene a imaginarse en cuanto al teatro, lo que es algo de agradecer ya que termina sorprendiendo.
¡Cuántas ganas tenía de que alguien rompiese la cuarta pared! Gracias de corazón, Marta, por hacer esta adaptación tan llena de figuras, metáforas y en la que apenas se hace uso de las palabras, aunque, en muchas de las ocasiones, no eran necesarias ya que lo que estaba haciendo el elenco no necesitaba texto alguno.
Creo que Marta Pazos es el Dalí de esta obra y así lo he sentido, ya que me recordaba a este genio en muchas de las escenas que veíamos sobre el escenario, sobre todo gracias a esos colores y figuras que juegan un papel importante en la representación.
Se nota que esta obra es un claro AGRADECIMIENTO al teatro, así, en mayúsculas. Siempre he dicho que el teatro ha sido mi terapia y que ha funcionado como un bálsamo para mí cuando más lo necesitaba, en mis peores y más oscuros momentos, en los que mi ansiedad decidía ponerse en mi contra. El teatro funciona, además, como un altavoz.
Lorca sabía de la importancia de acercar el teatro al pueblo e intentó hacerlo accesible para todos los públicos con su compañía ‘La Barraca’. Porque el teatro te enriquece y te hace abrir los ojos, entre muchas otras de las funciones que podemos destacar del mismo. No me salen las palabras y me cuesta expresar lo que Comedia sin título ha significado para mí.
Siempre me fijo en pequeños detalles de escenografía, luces, vestuario y ¡dios! es que en esta ocasión no sabía hacia qué lado mirar.
Marta, su compañía y equipo, son soberbios a nivel plástico y visual y, con ese tercer acto… Me he emocionado completamente y ha sido un bonito homenaje a esas cosas del teatro que no se ven, a esas personas invisibles a los ojos, pero que cumplen una labor muy grande.
Comedia sin título destila diversión, locura, pasión, amor, drama… por las artes escénicas.
Yo soy como el segundo y el tercer acto en comedia sin título, me he abierto en canal y he enseñado mi alma en silencio.
De las mejores obras de este 2021.