Me habían hablado mucho de Matilda: la historia, el libro, la película… ahora que he visto el musical, me alegro de que haya sido el teatro el que me descubra el «universo Matilda» con sus luces, sus sombras y su magia. El musical de Matilda te sorprende desde que entras al teatro como si iniciases un viaje directo al cuento; una decoración de fantasía nos sumerge en el universo mágico de los libros -la gran obsesión de la pequeña Matilda- que llegó al mundo para revolucionarlo con su imaginación, sus poderes y su sentido de justicia. Y es que Matilda, a pesar de su corta edad, tiene muy claro lo que esta bien y lo que no. Pero volvamos al Musical. Maravilloso el elenco, mayoritariamente compuesto por niños y niñas que se dejan la piel en la interpretación de cada uno de los papeles con mención excepcional para Matilda (Matildas en realidad, porque hay muchas que se reparten las funciones); nosotros tuvimos la oportunidad de ver brillar a Daniela Berezo ¡aún me pregunto cómo es posible que una actriz tan pequeña pueda tener esa memoria tan prodigiosa para aprenderse un papel taaaan complejo! En el reparto de medallas no puede faltar de ninguna manera Daniel Orgaz en el papel de señorita Trunchbull, ¡terroríficamente divertido de principio a fin!
La historia es un drama terrible, no nos engañemos -como también lo son historias populares que nos han contado desde niños como Hansel y Gretel, la Bella Durmiente o Cenicienta- pero los momentos cómicos, los números musicales ágiles y brillantemente ejecutados nos hacen olvidarnos de la tragedia que le ha tocado vivir a la pequeña Matilda. Nos quedamos con su inteligencia, admiramos su sabiduría y enseguida nos convertimos en cómplices de su magia y su pequeña gran revolución, ¡quién pudiera volver a ser niña para ser rebelde y revoltosa!
Debe de ser muy muy complicado producir y llevar a escena un musical como Matilda, con tantos menores y con la complejidad que supone… ¡de Matrícula de Honor! Números de magia e ilusionismo, sonido envolvente, voces y música en directo desde el foso… realmente una experiencia para recordar. Como espectáculo familiar, nos dicen que Matilda es un musical de adultos que también les va a gustar a los niños y yo creo que sí, que aciertan. Quizás a los más pequeñines se les pueda hacer un poco largo pero, ¡muy recomendable para peques a partir de 7 u 8 años! ¡Os encantará!