Cía. La Peatonal revisiona la obra del autor polaco Tadeusz Rózewicz escrita en 1975, Matrimonio Blanco, y lo hace en forma de fascinante montaje contemporáneo que mezcla lo tradicional y lo abstracto, exponiendo la oscuridad del ser humano de una forma luminosa. El espectáculo aborda el crudo tema del abuso sexual a menores y las relaciones patriarcales creadas en una familia, aunque no deja de introducir toques de humor a lo largo de toda su duración. Conocemos a dos niñas, un papá-Toro, una madre, una tía, un abuelo, un novio y tres cocineras, personajes que presentan una estética exquisita y que, aunque estén representados desde la exageración, la metáfora y lo absurdo, no dejan de reflejar una terrible realidad que existe desde siempre en nuestra sociedad.
Flavia Forni, Icíar Ventepan, Giancarlo Daponte y Mario Aranegui se dejan la piel en el escenario interpretando, cada uno de ellos, a varios personajes. Todos muestran una increíble versatilidad impulsada por la dirección de Jaime Cano, Flavia Forni e Icíar Ventepan, quienes crean en cada escena un universo mágico lleno de narrativa, simbología y buen ritmo. La escenografía de Pablo Chaves y el diseño de luces de George Marinov, así como la música elegida (y cantada), apoyan y llenan de belleza cada una de las situaciones que vemos en el escenario, por más que muchas de ellas sean realmente macabras.
Así, en esta historia de familia desestructurada llena de impulsos sexuales y delirantes, de personajes que toman por la fuerza lo que quieren y de otros que reniegan de sus profundos y más dolorosos traumas, Matrimonio Blanco llega para cuestionar y criticar, para romper con todo y para revolver tripas. También para hacer reír con sus momentos descacharrantes y clown. Una creación imperdible. Un lugar único donde lo oscuro y lo brillante confluyen.
