¿Existe Moscú? ¿O sólo la búsqueda de Moscú?
Moscú (3.442 km)

La compañía La Trapecista autómata utiliza como pretexto «Las Tres Hermanas» de A. Chéjov para hablar de lo que el universal ruso nos quería decir: ¿Existe la felicidad? ¿Qué debemos hacer para hallarla? Dicen los tres fantásticos componentes de la Compañía: Elena Corral, Laura Lorenzo y Antonio Lafuente que se basan libre e irrespetuosamente en la obra; pero yo pienso que son extremadamente respetuosos al hacer esta reflexión sobre «Tres Hermanas», hallan y trasladan con perfección a la realidad actual las mismas preguntas que en 1901 Anton Chéjov se preguntó: ¿Existe la Felicidad? ¿Existe la posibilidad de un futuro mejor, más amable? ¿Merece la pena caminar y luchar para encontrarlo? ¿O simplemente será mejor permanecer pasivos ante la vida?
Toda la obra gira en torno a estas preguntas. Se trasladan las situaciones de Olga, Masha e Irina a 2017, así aparecen otros personajes: en vez de Natasha está la crisis de 2007, que despoja a las hermanas Prózorov de sus sueños. Nos encontramos ante una obra, reflexiva, pero bien sostenida, no aburre en ningún momento; una obra actual, humana. Protagonizada por tres actores muy sólidos, cariñosos con el público y con sus compañeros. Finalmente la dirección y dramaturgia, que corre a cargo de Patricia Benedicto, nos demuestra una mirada cariñosa al clásico ruso, desde el respeto y el conocimiento; una puesta en escena onírica, como si el tiempo su hubiese parado para las tres hermanas, enmarcada en una escenografía preciosa, cuidada y delicada.
Si Moscú es la felicidad: ¿Existe Moscú? ¿o sólo la búsqueda de Moscú?
Vamos, ¿no?