Nuestros muertos, un espectáculo escrito y dirigido por Mariano Llorente destaca en lo discursivo, con textos impecables que describen la terrible violencia ejercida por dos fuerzas que marcaron profundamente la historia de España: ETA y el franquismo.
La puesta en escena es sencilla sin grandes despliegues y con aportes de voz en off que en la mayoría del tiempo entran como bocanada de aire fresco ante tanto dolor.
Una mujer octogenaria acepta tener una entrevista con el preso de ETA arrepentido que mató su hijo.
Durante la conversación, que alterna la serenidad e incluso el buen humor con una tensión y un dolor a veces difíciles de soportar, se van desgranando muchos de los temas esenciales de estos años terribles en que ETA ocasionó más de ochocientos muertos, rompió miles de familias y desangró a todo un país. Pero también, durante este diálogo plagado de silencios y preguntas sin respuesta, la mirada se va a ir hacia la represión franquista, que arrebató la vida del padre de la anciana ochenta años antes y provocó una dictadura de casi cuarenta años y dejo más de cien mil desaparecidos por todo el país.