Escuchamos, pero no juzgamos

Nunca he estado en Dublín

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Nunca he estado en Dublín → Teatro Pavón
18/02/2025 - Teatro Pavón

Más allá de ser una moda nueva de Instagram esta manera de decirse las verdades, “escuchamos, pero no juzgamos” resume a la perfección la reunión de Navidad en la casa de los Amensi.

Aparentemente, asistimos a un bonito reencuentro familiar donde todos los miembros desean pasar una noche estupenda y retomar la buena relación que siempre habían tenido.

Este reencuentro viene provocado por la llegada de Elena, la hija pequeña, que vive en Londres desde hace 3 años y que se había alejado completamente de todos ellos debido a que “su salida del armario” no había sido todo lo bien recibida que debiera por parte de su madre, especialmente.

Con las ganas, el entusiasmo y la ilusión de que las aguas vuelvan a su cauce, toda la familia ha hecho un esfuerzo por hacer de esa noche una noche que lo cambie todo y para ello están más que dispuestos a conocer y a aceptar a Cindy, la nueva novia de Elena.

Cuando Elena traspasa la puerta de la entrada de la mano de Cindy comienza una hilarante, desquiciada, desordenada, sorpresiva y esquizofrénica noche llena de avatares. Las risas, si ya desde el inicio están aseguradas, a partir de aquí se desencadenan automáticamente hasta desatar el dolor de barriga.

Cada personaje (y cada actor que lo defiende) tiene su encanto, empezando por la ternura que desprende Martín (Iñigo Azpitarte) lleno de inseguridades y tan necesitado de afecto, su padre en las tablas encarnado por Íñigo Aramburu, quien, si tuviera cuenta en Instagram como gurú espiritual de seguro triunfaría en seguidores, una Elena (Carolina Rubio) inmejorable en su papel, desternillante en ocasiones…y acabando por esa Begoña defendida por Eva H, cada gesto, cada mirada, cada palabra es una sonrisa en el espectador, pocas personas son capaces de arrancar carcajadas con su sola presencia y Eva H es una de ellas.

Más allá de lo que transmiten cada uno de ellos y que, sin duda, estamos presentes ante una comedia de enredos muy bien hilada no debemos olvidar la reflexión a donde nos lleva acompañada de sonrisas. Esta reflexión es que, en todas las familias (como en todos los entornos y con todas las personas) debemos hacer esfuerzos por entender, escuchar y acompañar a cada uno de los miembros, porque cada uno lucha con sus gigantes y necesita de los demás para ganar esas batallas y a veces… de ilusión también se vive.

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