El fenómeno teatral de Duncan MacMillan, un éxito en el National Theatre de Londres y posteriormente en el West End, llega por fin a la cartelera madrileña en una puesta en escena dirigida y adaptada por Pablo Messiez. Macmillan nos presenta un relato crudo sobre las adicciones y la identidad personal desde una mirada sin tabúes y profundamente teatral.
La puesta en escena, que hace uso de toda la caja escénica del teatro, es profundamente efectiva y un apoyo fundamental para contar la historia de Emma, protagonista de la obra, que interpreta con maestría y mucha integridad una fantástica Irene Escolar. El resto de actores realizan un gran trabajo también, sólido y comprometido. Imposible no destacar a Javier Ballesteros, que transita con mucha luz y verdad el gran arco emocional de su personaje, y a Sonia Almarcha, cuya labor interpretativa es tan compleja como imprescindible para la historia.
La dirección de Messiez, unida al movimiento escénico de Josefina Gorostiza nos traslada al mundo interior de la protagonista, y a la vez con distancia suficiente para evitar cualquier juicio o suposición y mantener intacto el relato y resaltar la potencia del texto. Personas, lugares y cosas se consolida como una propuesta honesta y muy bien ejecutada que se apoya en el lenguaje teatral para abordar aquello que socialmente tanto nos cuesta mirar.
