Basta con pronunciar su nombre, Édith Piaf, para que algo se active dentro de ti y comience a sonar su voz, como si estuviéramos unidos a ella de un modo casi irracional.
«Sous le ciel de Paris
S’envole une chanson»
Si descubrirla es todo un hallazgo, redescubrirla es lo más parecido al amor. Y solo hay una cosa más difícil que el amor: explicar qué es el amor.
Y Édith Piaf es amor, es felicidad y es vida, pero también es melancolía, tristeza y es dolor. Y, por encima de todo, es voz.
Precisamente eso, la voz, es el elemento fundamental de Piaf, voz y delirio, el musical que lleva a las tablas del Teatro Cofidís Alcázar la vida de la cantante francesa más reconocida en todo el mundo. Sí, porque tal y como dijo alguien por ahí una vez, “Édith Piaf es Francia”.
Mariaca Semprún es quien asume el reto de narrar y cantar la vida de Piaf. Y lo hace de forma magistral. Su poderosa voz te hace viajar al París de la infancia de la cantante, sobrevolar con ella los tejados de la ciudad, recorrer sus cafés, sus bulevares y las calles en las que comenzó a ganarse la vida con la música. Pero también te adentra en los cabarés donde Édith Piaf comenzó a juguetear con la fama y en los que consiguió el reconocimiento que terminó sepultándola hacia el Olimpo de las voces para siempre.
Piaf, voz y delirio es un musical que apuesta por una escenografía sencilla y cuidada hasta el mínimo detalle. Destaca la elegancia de cada uno de los rincones que se recrean y que cambian a medida que avanza la historia gracias a la interacción del resto de personajes. En un segundo plano, la banda de música en directo que, junto a la voz de Semprún, juega un papel fundamental.
Poco antes de tener que dejar los escenarios, algo que intentó evitar casi hasta el final de su vida, Édith Piaf aseguró que a pesar de haber llevado la vida que le tocó vivir nunca se arrepintió de nada.
«Non, rien de rien
Non, je ne regrette rien»
Y de lo que uno no se puede arrepentir, jamais, es de haber visto y disfrutado con este musical sobre una de las leyendas universales de la música.