«Pretty Woman, el musical» llega a la cartelera madrileña con el texto de 1990 y, aunque la historia en sí ha envejecido regular, la puesta en escena es más que acertada y consigue que Gran Vía se ilumine con los destellos de estas estrellas.
Romance, comedia y la mítica banda sonora se unen para transportarnos a un mundo de lujo y amor en las bulliciosas calles de Hollywood Boulevard.
Creo que la escenografía requiere una mención especial, ya que consigue que viajemos por todos los lugares en los que tiene lugar la película. Lo hace tan sólo utilizando un montaje conformado por escaleras, gracias a la cual se juegan las escenas y las coreografías en varias alturas, a veces un poco vertiginosas. Y, por otro lado, dos estructuras semicirculares que recuerdan a dos joyeros y que guardan dentro una múltiples sorpresas. Algo que el espectador va descubriendo conforme avanza la trama.
En conclusión, este musical no hace más que incrementar la leyenda de la película que, cada vez que aparece en la parrilla televisiva, todo el mundo ve. Evoca las risas y las lágrimas en el público y deja una sensación cálida y nostálgica, recordándonos que las historias de amor son atemporales. Recuerda, para llegar al EDP Gran Vía, «walking down the street».