Conozco a Vera desde que nació (sobre el escenario de los Teatros Luchana, entiéndase) y desde que descubrí su historia en 2017, su forma de ser, de pensar, de revelarse ante un cuentacuentos empeñado en encasillarle en un cuento clásico, he de confesar que la adoro. Independientemente de la actriz que la interprete. ¡Aunque tengo que decir que Clara Martínez es absolutamente genial!
Me parece un personaje entrañable, fresco y divertido. Me atrevería a decir que la idea de Irene Soler, autora de esta obra, resultaba imprescindible en el siglo XXI. No se trata de renegar de las princesas de siempre (que siguen conquistando hoy en día a miles de peques) pero no está de más toparse de vez en cuando con princesas modernas, como Vera, que gritan al mundo que ser normal es un aburrimiento. ¡Y es que lo es y mucho! Hay que ser uno mismo y creer en nuestro potencial. ¡Claro que sí! Y si ya de paso luchamos hasta el final por nuestros sueños… mejor nos irá.
La Princesa 2.0 que protagoniza este cuento es morena, lleva moños, gafas de pasta, zapatillas de deporte y le gustan los macarrones con tomate. De momento no tiene previsto casarse y a lo que aspira es a jugar y a imaginar. Sin ánimo de hacer mucho spoiler, es ella, Vera la que salvará al príncipe Pablo, su amigo, que está atravesando una crisis de autoestima y creatividad. Con ayuda de Inspiración a domicilio (genial la interpretación de Coque Sánchez) serán capaces de inventar su propia historia. El Espectáculo con los años, ha ido evolucionando y se ha vuelto mucho más musical y entretenido para peques de todas las edades a partir de 4 años. Ojalá esta historia inspire también a miles de niños y niñas para llegar a ser príncipes y princesas 3.0, 4.0, 5.0 o lo que se les antoje. ¡Muy muy recomendable!