La memoria del tiempo primitivo

Proyecto Brújula II

Proyecto Brújula II
06/10/2022

Un escenario desnudo con el suelo cubierto de tierra y cuatro módulos de madera. Tres actores. Y la música. Con estos pocos elementos, Carolina Calema construye una obra transgresora y rompedora respecto a los dos montajes que ya había visto de ella: las brillantes Querella de Lope y las mujeres y la magnífica La Celestina. En esta ocasión, la argentina se aparta parcialmente de los textos clásicos y nos presenta una función fragmentada cuyo hilo conductor lo constituye el propio tiempo, entendido en sus diversas acepciones, desde el instrumento que rige y esclaviza nuestras vidas hasta el Cronos mitológico, pasando por el tiempo materializado en la memoria. A través de un espectáculo catártico de danza y expresión corporal, los personajes (encarnados por unos entregados Mario Suárez, Fernanda Barrio y Jorge Parra) pisan el escenario con fuerza y contundencia para contarnos diferentes historias: la de alguien que acude a trabajar; la del que sufre bullying desde las nuevas tecnologías; la de los que retornan a su infancia a través de la memoria; la del prisionero que se interroga sobre su libertad. En este sentido, la autora acude al conocido monólogo de Segismundo de La vida es sueño. En sus manos, las palabras de Calderón adquieren nuevas y reveladoras dimensiones. Estamos ante una excelente y novedosa propuesta que arriesga y apuesta todo en favor de una hermosa representación con múltiples lecturas sobre el tiempo, la memoria y la violencia. Cada espectador hará una u otra interpretación, pero ninguno quedará indiferente.

 

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