Es la primera vez que veo a la compañía de Galicia, Os Náufragos, y que ayer estrenaba en Madrid su dramedia, Pura.
Cuando empezó la obra estaba un poco como pensando ¿esto de que va? ¿es realidad o ficción? y la culpa de estas preguntas la tiene esa forma de ser que tengo, pero ya sabéis que no me gusta leer la sinopsis, ni tampoco conocer nada más que el poster de la obra, pero por el simple hecho de ser como un niño, de tener curiosidad, por ver las cosas con otra mirada: pues esa soy yo.
Pura son muchas cosas y muchas personas (abuelos y abuelas) y en esta producción se habla de tanto y de forma tan de pasada, pero que te deja un poso, que me abrumó. También, se habla de otras cosas y de manera tan profunda que me ha dado miedo mirar hacia atrás y sentir nostalgia de mi tiempo con mi abuela, de lo que ella significó para mí y de lo que pude vivir con ella.
Esta obra es la unión de ese pasado lejano y cercano, junto a esa memoria frágil que se va desdibujando.
La obra es un drama que trata el envejecer con gran pesar, con gran tristeza, pero al mismo tiempo con bonitos recuerdos.
Un paseo por La Coruña de la memoria de Pura y por esos instantes tan importantes para esta abuela, tan especial y mágica.
Me ha enternecido la forma de narrar esta historia y los objetos que de pequeños no se les daba importancia, ahora, aportan a cada persona en su madurez, algo diferente.
Es una obra lenta, pero no me ha importado mucho. Ahora bien, en algunas de las escenas que componen la producción no se llegaba a escuchar bien lo que decía el personaje al que daba forma Rebeca Vecino, con lo que sientes como que te estás perdiendo partes importantes de la obra, lo que es una pena y terminas con cierta sensación de rabia.
Pura ha sido una regresión o un viaje al pasado intenso, bonito, triste y perfecto. Un homenaje a nuestros abuelos mágico de mano de una compañía nueva para mí, pero con mucho talento.
Esos recuerdos…
Pura
08/02/2022