El año 2001, durante los disturbios de los activistas antiglobalización que acompañaron la cumbre del G8 en Génova, la policía cometió un asesinato. La víctima fue Carlo Giuliani, un joven de 22 años que solo defendía sus ideales entre miles de manifestantes. Mientras los dirigentes de la Europa democrática y libre recortaban derechos y libertades, la sangre del joven idealista regaba los adoquines genoveses.
Los casos de violencia policial y militarización de la vida pública siguen de actualidad, tenemos la frontera de España con Marruecos en una eterna batalla campal. Esto sin nombrar el trato de los cuerpos de seguridad a los refugiados de los campos. “¡Esto es Europa!”, dice Carlo Giuliani, perplejo, ante la Génova militarizada. Sí, “esto” era, y es, Europa. El actor te lo dice mirando en los ojos del público, implicándolo en su historia que es la de todos nosotros.
Lali Álvarez ha tejido un impactante montaje político y revolucionario. Vivir las últimas horas del ragazzo italiano te encoge el corazón y el alma, y te activa un mecanismo interior que berrea en contra de la injusticia. Oriol Pla es el elemento imprescindible del espectáculo: es magnético, enérgico y versátil, capaz de emocionar en los momentos más íntimos y de hacerte vivir la terrible angustia de una persecución policial recreándola con una agilidad acrobática sorprendente.