Ragazzo es una crítica a la globalización y al abuso del poder, es uno hablad por no olvidar, es impotencia, es un hecho real, una historia sin resolver, un reconocimiento y homenaje a Carlo Giuliani.
Génova. Julio de 2001 durante la cumbre del G8 (encuentro anual donde se reúnen los jefes de estado para discutir sobre temas económicos y políticos) . Después de la reunión Ministerial de la OMC durante noviembre de 1999 en Seattle, representó el inicio de un nuevo ciclo de movilizaciones internacionales. Se prohíbe extender ropa en los balcones, se prohíben las manifestaciones o encontrarse en la zona donde están reunidos los líderes mundiales del G8. Para una “mejor seguridad ciudadana” se cortan algunas calles, miles de policías patrullan la ciudad, hasta hay un helicóptero en constante vigilancia.
El protagonista de Ragazzo es Carlo Giuliani , un joven activista italiano simpatizante del movimiento antiglobalización, que murió el 20 de julio, durante uno de los enfrentamientos entre los manifestantes anti G8 y las fuerzas de seguridad italianas. Las circunstancias de su muerte y la posterior investigación, siguen hoy en día sin resolverse. Después de su muerte, Carlo se convirtió en un símbolo para los activistas antiglobalización.
El actor Oriol Pla hace una interpretación magistral desde el primer minuto de este joven. Un chico como cualquier otro de su edad, que le gusta ir a conciertos, fumar, comer sano, ir a la playa; y con unos ideales y rebeldía propios de la edad .Desgraciadamente el destino le guardaba un mal pase, podía haber sido cualquiera.
Oriol Pla se deja la piel, su energía va más allá del escenario. Nosotros nos hemos quedado clavados en la silla, ¡¡¡Brutal!!!
Lali Álvarez además de ser la autora de este magnífico, extraordinario e impecable texto, se ha estrenado como directora. ¡Felicidades!
En fin, este es uno de esos espectáculos redondos. Porque cuando todas las piezas que forman un proyecto (escenografía, texto, dirección, iluminación e interpretación) se unen de manera armónica, y el resultado final de todo es brutal, podemos afirmar que es un imprescindible que nadie se tendría que perder.
“No quiero ser un monumento hecho de piedra, tan solo hace falta que habléis de lo que pasó, porque se tiene que recordar para no olvidar” en memoria de Carlo Giuliani.