Desde la performance, Agnés Mateus y Quim Tarrida nos presentan la cruda realidad: esa que vemos pero que no queremos ver, esa que nos duele, pero por pocos segundos. La violencia contra las mujeres por el mero hecho de serlo.
La pieza teatral va en ascenso pasando por todos los registros posibles, y preside en su recorrido la existencia de un hecho incontestable: nos matan y nos violan, y aquí no pasa nada. Nos siguen divirtiendo los mismos tuits y los mismos golpes de efecto, y nos siguen distrayendo las mismas noticias falsas que nos niegan la propia existencia del patriarcado. 508 mujeres menos desde 2015.
Mediante el impacto visual y escénico creado a través del espacio sonoro y audiovisual del mismo Tarrida y el espacio de luces creado por Carles Borràs, Agnés Mateus consigue generar momentos de gran simbolismo retratando a nuestra sociedad, a hombres pero también a las mujeres, como lo que es: una sociedad ciega, muda, sorda y desmemoriada.