Como chica que vivió su adolescencia entre finales de los 90 y primeros de los 2000 está muy presente en mi imaginario la revolución que supuso la emisión de South Park, una serie de dibujos animados, que recalcaba solo ser apta para adultos, y que generó controversia y satisfacción a partes iguales. Cuando descubrí que Trey Parker y Matt Stone eran los responsables de The Book of Mormon, y todo lo que iba a significar que desde su lenguaje hubieran abierto la puerta a la religión mormónica, mi curiosidad y ganas de descubrir esta propuesta musical se dispararon.
El musical es una parodia descarnada sobre la religión, que juega muy bien con los conceptos de fe y duda a través de un humor descacharrante, para contar la historia de dos jóvenes misioneros enviados a un pequeño poblado de África con la idea de evangelizar a sus habitantes.
El espectáculo tiene muchos motivos por los cuales el público debe depositar su fe en el musical satírico más divertido y sorprendente de la temporada musical. Los hermanos Alejandro y David Serrano han realizado una traducción y adaptación fantásticas, que no han perdido un ápice del lenguaje ácido y deslenguado del libreto original. Porque si algo es The Book of Mormon en esencia es una crítica brutal a la religión mormona y a cualquier dogma, así como a la sociedad norteamericana y al capitalismo. Un espectáculo irreverente, sin pelos en la lengua con un libreto ingenioso y brillante que, de principio a fin, defiende ser políticamente incorrecto. Y este es, sin duda, su mayor acierto y una de sus grandezas. The Book of Mormon es un musical diferente, brillante y no apto para todos los públicos, no solo en cuestión de edad, sino también de sensibilidades. Pero lo mejor de todo es que no pretende serlo y es esa premisa la que provoca que destaque y logra que el público conecte y se rinda ante la propuesta.
Los actores Jan Buxaderas, como Elder Price, y Alejandro Mesa, como Elder Cunningham, son los dos protagonistas, que están acompañados por un magnífico reparto de 33 actores y una orquesta que hace vibrar en directo con una banda sonora exquisita tanto en la parte instrumental como en las letras. Mención especial a Nil Carbonell, que brilla en un papel divertido, desenfadado y fantásticamente creado que no cae en ningún momento en la caricatura. Todos los Elderes están sensacionales y especialmente en los números coreográficos destaca el trabajo actoral solvente de todo el reparto. Se aprecia el compromiso, el trabajo y el entusiasmo del equipo artístico al completo con el espectáculo.
David Serrano ha abordado la dirección de escena con muchísima precisión y dándole un peso significativo a todo lo que el lenguaje contiene explícita e implícitamente. La puesta en escena es muy funcional y establece muy bien el contraste entre el mundo austero, que busca transmitir el universo mormón y la complejidad sensorial, de colores y situaciones que presenta la realidad africana.
The Book of Mormon es un musical donde todos los elementos que componen el hecho escénico van a favor de una propuesta valiente, honesta, gamberra y cargada de significado que busca ser original, vibrante y muy muy divertida. ¡Misión más que cumplida! Si la risa llama a tu puerta, no dudes en abrirla. Convertirse en creyente, a través del humor inteligente y sin tener miedo a enfrentarse a las contradicciones humanas, es un plan ideal que no te dejará indiferente. ¡Así sea!