Thom Pain (Basado en nada) de Will Endo fue finalista al Pulitzer, se ha representado con éxito en numerosos países y aquí este montaje ha estado en 3 salas distintas y con muy buena acogida del público y crítica. Así que el hecho de que yo conectase más bien poco y 75’ se me hiciesen largos hay que ponerlo en mi debe. Eso sí, disfruté de una interpretación excelente de Juanma Gómez. Sólo, sin nada en lo que apoyarse en el escenario, sin grandes juegos de luces, sonido ni escenografía, se mueve, nos mira, nos interpela, se acerca, se aleja…de una manera intensa, que no forzada, transmite la fuerza, realidad, ganas de morder de quien ha sido mordido y que está ya harto de la soledad que le (nos) envuelve. Un monólogo, torrente de divagaciones, que pivota sobre 3 episodios clave en la vida de este Thom Pain, cuyo apellido, dolor, no es casualidad.
No me extraña que algunos lo comparen con el teatro del absurdo de Beckett, que no es mi fuerte. Un texto que creo aporta más leído que representado. El ingenio, por ejemplo, detrás de muchas sentencias, en voz alta, más que una sonrisa a mí me transmitían un afán por el autor, que no actor, de demostrar su talento en retorcer expresiones: “el padre aún vive. Dios lo tenga en su gloria”, “me gustáis tanto que os llevaría a mi casa, cerraría la puerta y me iría”.
Hay, entre la divagación, supuestas contradicciones y saltos temporales, reflexiones cuyo peso puede hundirnos, sobre el dolor que arrastramos toda la vida, el que causamos, a veces sabiéndolo, medio justificándonos en que a nosotros también nos han herido. Su dolor como espejo del nuestro, en reflexiones de valor demasiado breves en medio del caos: vivir como si cada día de los que nos quedan fuese el último.
Lo mejor: La excelente interpretación, registros en un universo interior propio de la mente de alguien rayando la locura.
Lo menos mejor: el texto por largo, dificultoso, repetitivo y, en mi caso, carente de emoción, no me llegó. Quizás la verborrea me exasperó y no conecté con su alma rota. O quizás no me creí que la intención del protagonista fuese hablarnos a nosotros sino oírse.
La frase: “Seguramente tienes la garganta seca de todas las cosas que nunca vas a decir”.