Una rubia muy legal tiene varios argumentos para ganar el juicio a favor del SÍ: es un musical colorido, muy dinámico, brillante y divertido con un elenco que sorprende encabezado por una -más que sobresaliente- Lucía Ambrosini que deslumbra en baile, canto e interpretación. La chica barbie se come literalmente el escenario y consigue, desde el primer momento, «meterse al público en el bolsillo».
He de reconocer que me dejé sorprender porque desconocía las aventuras de Elle Woods en la prestigiosa Universidad de Derecho de Harvard. No había visto la película (lo sé, imperdonable) y en principio, no era una historia que me atrajera especialmente, sin embargo, algo tendría cuando millones de espectadores habían aplaudido este musical que había recibido varios premios internacionales. ¡Y vaya si me ha sorprendido! A pesar de lo extravagante y surrealista de algunos números y situaciones, las apariencias engañan y Una rubia muy legal es un musical capaz de mantenerte entretenido durante más de dos horas y deja algunos mensajes importantes que deberían calar en el público más joven: la importancia de ser uno mismo, creer en nuestro potencial como personas y no intentar convertirnos en lo que no somos; ni por amor ni por ninguna otra razón. Y si por el camino, rompemos clichés y prejuicios, ¡el viaje habrá merecido la pena!
Además del papel protagonista de la argentina Lucía Ambrosini, destacaría la interpretación de Maia Contreras como la estilista Paulette, cómplice de las aventuras y del viaje hacia la autenticidad de Elle Woods. Sin menospreciar a su compañero Emmett Forrest interpretado por el cantante y actor Íñigo Etayo. ¡Nos hicieron pasar una tarde estupenda! Tienes que ver Una rubia muy legal, saldrás cantando y bailando «Es su pasión»… ¡¡Es su pasión!!