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YERMA MÁS VACÍA QUE NUNCA

Vaciada

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Vaciada → Teatro Sala Tarambana
13/10/2025 - Teatro Sala Tarambana

Nerea Lovecchio crea una adaptación de Yerma como nunca antes puesta en escena. Es ineludible mencionar que la creadora conoce a Lorca. Esta adaptación, al igual que las obras de Lorca, se caracteriza por incorporar a personajes con deseos reprimidos. En este caso, Yerma, el personaje principal, ansía ser madre y, en todo momento, se le achaca que su tierra ha de ser seca. Algo que quiero destacar es que, si bien en el texto se menciona a Juan, su marido, de quien se dice que su semilla no es fructífera, la obra se centra en el cuerpo y la psicología femenina, dejando ausente a este personaje masculino. Por ello, esta adaptación permite ir más allá del propio texto de Lorca, en el que la mujer es el símbolo de la maternidad no cumplida.

Vaciada comienza con unos cantos que atrapan al espectador y recuerdan a la tradición campesina. En escena hay 3 actrices que representan diferentes tipologías de ser madre. Por un lado, está Yerma, la que sufre el vacío de sentirse incompleta al no poder tener la oportunidad de cumplir su deseo; la Anciana, que es la portadora de la tradición y el juicio; y, la tercera, que representa las voces y cuerpos de otras mujeres, como el murmullo y el cotilleo de las vecinas, las amigas, las madres… Destacar la interpretación magistral del elenco que tanto Nerea Lovecchio, como Luisa Maciá y Pury Estalayo muestran una escucha y compañerismo que te transporta a ese contexto de la obra de Yerma.

Una de las características que más sorprende es la puesta en escena. La escenografía de Lapotínguele Producciones S. L. es sugerente, práctica y simbólica dando vida a todo el espacio escénico. Las actrices modifican el espacio en base a las acciones que van desarrollando: limpian, tejen, llevan la comida a sus maridos, cotillean, se meten en el río (a excepción de Yerma, quien se siente y está seca)… Otro aspecto a destacar es el espacio sonoro: la mayoría del sonido está hecho en directo por las propias actrices. Este está muy trabajado; la utilización de este sonido se da mediante el atrezo de la obra y recuerda al punctum del que habla Roland Barthes en La cámara lúcida, que como un pinchazo, atrapa al espectador.

Esta obra está hecha para todo tipo de público, especialmente para aquellos y aquellas que amen al poeta granadino. No faltan alusiones a la luna, el agua, los relinchos de los caballos y muchos otros símbolos que aparecen en su obra.

Por último, mencionar que Nerea Lovecchio es una creadora innata, con una personalidad artística que sobresale de lo habitual. Aquellas personas que lean esta recomendación, si quieren descubrir un teatro comprometido y único, les invito a ir al teatro Tyl Tyl, ubicado en Navalcarnero, donde la creadora continúa desarrollando más propuestas escénicas que verdaderamente merecen ser vistas. Sin duda un trabajo que merece reconocimiento por la sensibilidad de todo el equipo.

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