Hace años, en el aeropuerto de camino a mi primer Wicked en Londres, coincidí con un afamado director, experto en musicales. Me recomendó que bajase mis expectativas. Lo agradecí y gracias a ello, disfruté con la propuesta. Tanto, como para repetir. Pues aplicaría aquí lo mismo. Moderen su entusiasmo previo y lo disfrutarán más. La fiebre desatada con Wicked tiene el efecto positivo de atraer al teatro a muchísimos espectadores, pero el negativo de que pocas veces la realidad está a la altura del hype.
Este Wicked (¡gracias a la productora por traerlo a Madrid!) no es un calco de la versión londinense (la que conozco), sino una nueva adaptación basada en aquella. No tengo claro que fuese necesario, con algo que lleva 20 años triunfando…
Falta cierta espectacularidad o intensidad en momentos icónicos, como Defying Gravity y emoción, aunque llega el mensaje contra las mentiras del poder, el miedo a lo diferente o que no hay tantos malos malísimos ni buenos buenísimos.
En cambio, el vestuario, literalmente brillante, riquísimo, te cautiva, como la iluminación. Una puesta en escena espectacular, enorme, con lo que entras en la propuesta desde el primer momento. De la historia, aunque suene tonto a estas alturas, mejor no explicar nada, que los autores manifiestan que desearían que se vea Wicked sin saber nada, más allá de que sucede justo antes de El Mago de Oz.
Interpretativamente, Cristina Picos y Cristina Llorente llevan todo el peso de la obra, con brillantez en la parte musical y falta de cierta chispa en Glinda/Galinda, muy cerca de la parodia de rubia pija tonta, lo que chirría un poquito con algunas acciones posteriores.
La partitura de Schwartz es brillante, aunque no luzca todo lo que debería. Si bien en la mayoría de musicales, y es una pena, la música tapa las voces de los intérpretes, aquí, para evitarlo (gracias!), queda apagada en momentos como El mago y yo.
Lo menos mejor: mi pataleta porque falte Black is the new Pink, que era Glinda 100%.
Resumen: más visual que emocional; no es que falte emoción, es que podría ser mayor. Pero vale la pena, y mucho. Ya he comprado para repetir. Si al salir, se han rebasado expectativas, fantástico. Y si no, habrán disfrutado de un gran musical, con una música bárbara, en una propuesta ambiciosa, enorme, con mensaje y saldremos desafiando la gravedad, o sea, flotando.
