La otra noche entendí por qué Wicked lleva dos décadas levantando telones en medio mundo. No es solo por los decorados imponentes ni por las luces que convierten al Nuevo Teatro Alcalá en Oz. Es porque, sin darte cuenta, te ves atrapado entre lo “bueno” y lo “malo”, respirando al ritmo de Glinda y Elphaba. Wicked no es solo un musical de gran formato: es un espejo en el que uno se asoma y se pregunta cuánto de Glinda y cuánto de Elphaba hay dentro. Ellas son el motor: una te arranca carcajadas, la otra te remueve por dentro, y juntas hacen que la amistad brille más que cualquier vestido. Detrás del espectáculo deslumbrante late una historia que habla de poder, prejuicios y de lo incómodo que resulta ser diferente. Wicked no se ve, se vive. Sales con los ojos llenos de color, la piel erizada y el corazón un poco más verde, abrazando la idea de que lo diferente puede ser lo más poderoso de todo.
Con el corazón un poco más verde
Wicked, el musical
A partir de 25,00€
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