¡Menuda noche de viernes entre risas y recuerdos…! Una maravilla para los que ya vamos teniendo alguna que otra cana.
Como empieza a ser ya habitual en muchos espectáculos, la media hora anterior al inicio es clave para ir introduciéndote en lo que encontrarás, surgiendo los recuerdos con las canciones que nos han hecho vibrar durante años. Con tan solo una guitarra y voz en directo, te sumerges en tus recuerdos, y en los de todas las personas que están a tu al rededor, creándose una atmósfera cómoda y familiar que te acompaña durante toda la representación.
La escenografía es minimalista, apenas hay elementos, pero todos ellos, seguro que los has tenido en casa o en el cole alguna vez en esos maravillosos años 80.
Se trata de un espectáculo interactivo donde nos conectamos con nuestra niña o niño de entonces y con el resto de público, creando un show a la medida. Jordi Merca, con un humor sarcástico se ríe de si mismo y de todos los que sobrevivimos a esa maravillosa etapa escolar. Con un humor mordaz pero elegante y respetuoso, va riendo con las diferentes situaciones de nuestro presente y pasado, de nuestros juegos, profesores, asignaturas, anuncios, revistas….
Llama mucho la atención su rapidez en sacar punta a los detalles que las diferentes personas del público van contando, lo que hace que el espectáculo sea único y diferente continuamente, gracias a esa sublime capacidad de improvisación. Su inteligencia para usar esa ironía te hace sentir parte de todo lo que va pasando sin parar de verte representada en prácticamente todas las situaciones y comentarios que van surgiendo, como un espejo que te muestra a ti misma.
Es un espectáculo donde reímos de nosotras y nosotros mismos de manera colectiva, lo que hace que sea aún más divertido. Una auténtica noche antiestrés y buen rollo, pero eso si, debes haber vivido esa época para poder sacarle todo el jugo.
Divertidísimo… sin más….maravilloso.