Ingeniero industrial durante más de 20 años que, durante la pandemia, decidió cambiar radicalmente de vida. Varias escuelas y una formación integral después le convirtieron en actor con vocación tardía que hoy en día se dedica plenamente a la interpretación, con algún trabajo también en publicidad y audiovisual. Esta es la historia de Alejandro Moro, que ahora presenta su obra más personal en la Sala de Teatro Bululú. Sin salida le llevaba rondado por la cabeza desde mediados del año 2023 y desde el pasado mes de octubre es una realidad, interpretada por él mismo y dirigida por Gerardo F. Cottle, en un proceso que el protagonista de la pieza define como “un trabajo en equipo colaborativo y muy creativo” y al que accedieron tras ganar un concurso de residencia artística en esa misma sala.
Esta obra se presenta como un thriller de los años 90, con un asesino en serie y un agente de policía en su búsqueda y con reminiscencias a clásicos en pantalla como El silencio de los corderos o Seven. “Esta premisa inicial no deja de ser un pretexto para hablar de otras cosas y que se traten varios temas. Hay uno central que es la soledad y, sobre todo, cómo se enfrenta a la soledad un hombre adulto, rondando casi los 50 años, y cómo lo hace en la España de los años 90. Y esto es una cosa bastante curiosa porque es una época en la que los hombres, en particular, no pueden expresar emociones porque es síntoma de debilidad. Eso crea un conflicto en el personaje”, puntualiza Moro. “Yo digo muchas veces que no hay héroes como los de los 90, pero en cierta manera, en esta obra deconstruimos ese arquetipo para llevarlo a otros lugares, que creo que resultan muy interesantes para el público. De hecho, la pieza, en el fondo, es como un gran puzle en el que hay muchas piezas que, a priori, parecen estar claras. Pero nos damos cuenta de que algo no encaja y hay que empezar a desmontarlas”.
Una historia de policía y asesino… y algo más
El detonante de la obra es que el protagonista se queda encerrado en el piso al que acude siguiendo una pista. El desarrollo es cómo el agente Mata va a ser capaz de salir a través de una serie de pruebas que le plantea el asesino, quien supuestamente le ha encerrado allí. “El subtítulo de la obra es Veamos cuáles son todas las respuestas, porque no solo son las respuestas que tiene que adivinar este policía con respecto al caso del asesino, sino que hay muchas respuestas de su vida y de otras cosas que tiene que ser capaz de desentrañar y de descubrir. Al final, el pretexto inicial sirve para que sea un viaje a través de la mente y la vida del personaje principal. La idea es que la gente venga a ver un thriller y algo más”, continua.
Tanto es así que Carlos es un personaje que vive conflictos y problemas que en el fondo no están muy alejados de los que puede vivir cualquiera, como la soledad. “Es verdad que incluso cuando estás muy acompañado, hay una soledad interna en la persona que solo puedes solucionar tú. Creo que el tema de la soledad es complicado y que, estando en una sociedad con tantas redes sociales, realmente nos sentimos muy solos. Por eso se tiene necesidad de sociabilizar. Y es un tema además complicado porque el que una persona se sienta sola, que alguien se sienta desamparado, no admitido, no incluido en la sociedad es un problema social y los problemas sociales siempre son delicados”.
Una puesta en escena entre Madrid y León
Estamos en 1995 y una primera localización de Sin salida es Madrid, ciudad en la que físicamente se desarrolla la obra. El otro espacio al que se hace alusión es donde el protagonista ha nacido y ha vivido la mayor parte de su vida, una ciudad de la provincia de León que se llama La Bañeza, en la cual se desarrolla también buena parte de la trama. Y para responder a la curiosidad de por qué ese lugar, Moro nos explica que “todo ejercicio artístico de elaboración de una historia siempre tiene tintes autobiográficos. Mi familia es de La Bañeza y a mí me apetecía especialmente que el protagonista fuera leonés y bañezano, que creo que también es una localización geográfica no muy utilizada en la mayoría de obras teatrales, series o películas. Hay una zona ahí de España que tiene un cierto vacío de ficción y que también es interesante por dar una variedad cultural”.
A nivel de puesta en escena, “es bastante ambiciosa, porque al ser una obra de un solo personaje, tratamos de huir del monólogo. Y de hecho no lo es, sino que es lo que se llama un unipersonal. Es una obra de un solo personaje en la que pasan cosas y, de hecho, realmente no hay un solo personaje en escena; hay un par de focos atención que hacen que haya más. Por ejemplo, él habla continuamente con su compañero policía David a través de una grabadora, con lo cual se genera un personaje en escucha. Y luego hay otro elemento de interrelación también del personaje con la persona que supuestamente le tiene encerrado en la habitación. Por otro lado, la obra tiene una bondad y es que permite un debate posterior y también incluso una reescritura. Es decir, es la típica historia que después permite debate con la gente que va a verla, porque los espectadores la reinterpretan, incluso reescriben lo que acaban de ver”.
Un título que ha cambiado
Terminamos este artículo preguntando por el principio; el título. ¿Qué hay detrás de ello y cómo se decidió? Y es que, inicialmente, el proyecto se llamaba La habitación. “Empezamos a pensar que sería mucho más interesante si el título tuviera reminiscencias de esos thrillers de los 90. Estuvimos barajando varias opciones y hubo un momento que, de manera natural, no entendíamos el proyecto sin otro nombre que no fuera Sin salida. Lo mismo nos pasó con el subtítulo Veamos cuáles son todas las respuestas. Estuvimos pensando alguna otra frase de la obra que fuera lo suficientemente sugerente y no desvelara el argumento. Y al final, no tuvimos más remedio que darnos cuenta que esa era la mejor frase y la que, además, corresponde con un punto importante de la obra, con un punto de no retorno”, concluye.
Obra teatral «Sin salida»:
Te introduces en la trama desde el minuto uno y la historia te atrapa hasta el final. Estás deseando una segunda parte. Expectante, arrolladora, hipnótica. Interpretación, puesta en escena, música,crean ese ambiente de intriga máximo