El director y dramaturgo Alfredo Sanzol se ha servido de 10 actores y actrices —Paco Déniz, Elena González, Natalia Hernández, Javier Lara, Juan Antonio Lumbreras, Pablo Márquez, María Moraleja, Julia Rubio, Pepe Sevilla y Eva Trancón— para poner en escena Fundamentalmente fantasías para la resistencia. La obra, que estará en cartel hasta el 16 de abril en el Teatro Valle-Inclán, surgió como «respuesta a la invasión de Ucrania por parte de Rusia», confirma Sanzol. «Iba a escribir otra obra, pero con la guerra me bloqueé», asegura el director, quien decidió aprovechar el contexto para «escribir sobre el humor contra la violencia».
La creación como arma de resistencia
KYIV, marzo de 2022. Patricia es una autora y directora de teatro que ha convertido el local de ensayos de su compañía en un refugio. A pesar de la invasión rusa, sigue creando historias para mantener unidos a sus seres queridos y alejar a su hija Olena de los comités de defensa. La directora propone inventar una obra que se titule Pin, Pan, Putin. Aunque ensayar durante una guerra supone una gran dificultad, la compañía avanza en la construcción de la historia. Sin embargo, a partir del momento en el que muere el personaje de Putin, todo se transforma en un gran caos.
Fundamentalmente fantasías para la resistencia tomó como inspiración a Anabell Sotelo del ProEnglish Theatre de Kiev, quien decidió seguir creando con el objetivo de favorecer la resistencia. Alfredo Sanzol fue ideando una trama cómica y otra trágica, entrelazando historias, con el fin de que acabaran confluyendo. En esa sucesión de escenas, el dramaturgo ha «necesitado todos los estilos que tiene a su disposición el arte dramático», desde la comedia romántica de aventuras, pasando por la farsa, los momentos dramáticos, hasta llegar a la tragedia.
Alfredo Sanzol: «El humor tiene tanta fuerza, que ha sido objeto de ataque por todos los lados»
El director del Centro Dramático Nacional, que ya asume como propia la conclusión de que «el arte forma parte del instinto de supervivencia» (al igual que comer, socializar, educarse…), agradece a la fantasía que le haya «salvado la vida». De ahí el título de la pieza. Y en ese espacio fantasioso, la comicidad ocupa un lugar fundamental. «El humor tiene tanta fuerza, que ha sido objeto de ataques por todos los lados, y ha llegado a estar subestimado. Cuando atacas un suceso de la realidad a través de la comedia, siempre se cuestiona si eso es posible. Aunque lo que hay que cuestionarse es si es posible responder de manera seria a un hecho trágico».
No obstante, aclara el autor, «para mí hay muchísimos límites en el humor, como en la vida», y más que vivir en la autocensura, se muestra partidario de «ir creando en el humor un espacio de convivencia». En Fundamentalmente fantasías para la resistencia, por ejemplo, se humaniza al dictador con fines maquiavélicos de manera que se produzcan situaciones cómicas como que la gente que va a cargárselo se enamore de él.
Regresa el clan de ‘La ternura’
Alfredo Sanzol ha querido ampliar el clan familiar de su exitosa obra La ternura —todavía en cartel en el Teatro Infanta Isabel después de varias temporadas— sumando a cuatro nuevos actores a este reparto. «Un desafío y responsabilidad» a la hora de plantear las tramas que le hace reflexionar con humor «¡qué bien vivía yo escribiendo para cinco!». Es consciente, sin embargo de la importancia de «dejar escritos textos contemporáneos que sean para muchos actores, ya que el teatro es fundamentalmente comunitario, algo parecido a la realidad del ser humano».
También, como en La ternura, la música de Fernando Velázquez cobra un papel relevante, con las voces de los actores en directo. La escenografía de Blanca Añón, que arranca en un búnker, se va desplegando hasta meterse en la cabeza de la Patricia (Natalia Huarte), y se hermana con la iluminación de Pedro Yagüe para dar dimensión al texto.
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