Otro año más el Pavón Teatro Kamikaze se convierte en refugio de la danza acogiendo la segunda entrega de CND a la Carta. Tras el éxito que obtuvo la propuesta la temporada pasada, la Compañía Nacional de Danza bajo la dirección de José Carlos Martínez, vuelve a ofrecernos este divertido juego escénico.
La propuesta vuelve a ser una deliciosa degustación de fragmentos, completamente diferentes a los del año pasado, que la CND ofrece a modo de pequeños bocados. Bajo el lema “Ven a ver lo que quieras vernos bailar”, la compañía realiza una serie de trailers en vivo sobre su repertorio y deja que sea el público a través de esta experiencia interactiva, quien decida qué pieza prefiere ver completa, votando con sus teléfonos móviles o a la vieja usanza, con lápiz y papel, cuatro de las piezas ofrecidas. Pero la experiencia interactiva no acaba ahí, mientras se realiza el conteo de votos, el público será obsequiado con un aperitivo exclusivo que no será igual para todos, que dependerá de cierta elección realizada a la entrada del espectáculo y que no vamos a desvelar para los que vayan por primera vez, pero que adelantamos que pondrá literalmente al Pavón Teatro Kamikaze en danza.
Esta edición de CND a la Carta tendrá como Maestra de Ceremonias a la actriz Lluvia Rojo que será la encargada de dirigir al espectador a través de esta degustación tan particular, salpimentando con humor y cierta dosis de denuncia esta edición; no podemos olvidar el continuo maltrato al que se ve sometido el sector de la danza en nuestro país, una clara muestra de ello es el que la propia CND siga sin tener una sede fija.
El menú degustación contará por el que el público se decantará, por ejemplo, contiene platos clásicos como El Cisne Blanco o un extracto de Don Quijote, con homenajes a los desaparecidos Juan Carlos Santamaría y Tony Fabre; o la oportunidad de saborear los estrenos más recientes de la CND como son Odila de Mario Bermúdez Gil, Jián de Iratxe Ansa e Igor Bacovich, Absolutio de Altea Núñez o Triple Bach de Seh Yun Kim. Opciones que, dependiendo del día y del público asistente, será completamente diferente.
Una nueva ocasión de descubrir la danza con una mirada diferente y desenfada que sería interesante que se convirtiera en toda una tradición dentro de la programación del Pavón Teatro Kamikaze.
Texto y fotos José Antonio Alba
