El 1 de abril regresa a Nave 73 Cuando sea mayor, la última obra del dramaturgo y director Juan Jiménez Estepa. Con esta pieza, el autor siente que cierra un ciclo de tres montajes que abordan los conflictos de las personas que ahora tienen más de 40 años.
En el primer montaje, Los hombres tristes, el autor reflexiona sobre cómo cuidar de los padres cuando se hacen mayores y no se puede estar cerca de ellos. En la segunda, La medida exacta del universo, se plantea cómo renunciar –o no– a los sueños que se tuvieron a los veinte años. En Cuando sea mayor, espectáculo que comparte el mismo tono nostálgico y que viaja entre la comedia y el drama como los otros dos, el autor habla sobre el miedo a envejecer y el papel de la amistad ante ese conflicto.
Nil se reencuentra con Bruno y Clara en una vieja casa de campo. También Nil se reencuentra con Julieta, aunque ella esté lejos, escribiendo lo que ocurre en esa reunión de amigos que han dejado de conocerse, aunque no de quererse. Nil propone a sus amigos comprar una casa en la que envejecer juntos. Esa casa, vieja y necesitada de reformas, en la que han quedado un fin de semana, se convertirá en testigo de lo que sienten los personajes acerca de la pervivencia de la amistad y el miedo a envejecer.
Es hora de hablar sobre el envejecimiento
Cuando sea mayor es una obra que, según Juan Jiménez Estepa, nace de «conflictos que atraviesan las personas de mi generación, aquellas que superan los cuarenta años», que sienten miedo a quedarse solos debido a haber visto «a la generación de sus padres envejecer en residencias o cuidados por terceras personas», y añade que se ha inspirado a la hora de crearlo en «conversaciones mantenidas con amigos».
Parece que es hora de poner sobre las tablas una de las inquietudes del ser humano actual sobre esta etapa vital: ¿Por qué las personas tienen miedo a envejecer?
El temor a hacerse mayor
Cuando se le pregunta a Juan Jiménez Estepa a qué cree que es debido ese temor a llegar a la vejez, opina que es un miedo que está presente en la sociedad en la que vivimos, «que quiere mantenerse joven y aparentar ser joven a toda costa».
Según un estudio de la Federación Iberoamericana de Asociaciones de Personas Adultas Mayores (Fiapam), en el mundo contemporáneo occidental el mayor valor es el conocimiento moderno. Por lo tanto, la experiencia y sabiduría de tiempos pasados ya no tiene tanta importancia. El anciano no puede adaptarse al ritmo que avanza la sociedad, y el concepto de vejez, teniendo en cuenta además el gran valor otorgado a la apariencia física y a la estética, sufre una estigmatización.
Además, parece que este miedo va muy unido al temor a estar solo, una reflexión que aborda también el autor en Cuando sea mayor: «Todos los personajes se sienten solos, pero cada uno vive su soledad de manera muy distinta. La relación entre la soledad y la amistad es uno de los ejes sobre los que se desarrolla la obra».
La importancia de un hombro en el que apoyarse
Parece que ante ese miedo a la soledad el individuo tiende a aferrarse a aquellas personas con las que se siente en casa. A la hora de abordar el conflicto en el proceso de escritura, el autor de Cuando sea mayor notó que al reflexionar sobre el temor a llegar a la ancianidad, el tema le llevaba por otros derroteros: «Al principio quería hacer una obra sobre el miedo a envejecer. Pero poco a poco, aunque eso pervive, creo que he hecho una obra sobre la amistad. Cómo se vive, cómo se siente y cómo hay que conservarla o dejarla ir en algunas ocasiones, al igual que se hace con el amor».
Juan Jiménez Estepa asegura que «mucha gente con la que he hablado ha tenido alguna conversación acerca de hacer cohousing con los amigos cuando se llegue a cierta edad, ya que nadie quiere que sus hijos se responsabilicen de cuidarlos ni terminar en una residencia». A partir de ahí, ha sentido la necesidad de «reflexionar hasta qué punto se idealiza esa opción y se habla de ella en tono ligero, tomando un café».
No obstante, es sabido que verbalizar y compartir los miedos con los demás es el primer paso para superar el conflicto. Eso hicieron precisamente los intérpretes en el proceso de puesta en escena de la pieza: «Empezamos los ensayos hablando de cómo nos gustaría envejecer. En qué lugar, por ejemplo. Nos fuimos conociendo como equipo con estas preguntas. Necesitaba un equipo que compartiera esa inquietud y que a la vez lo sintiera como lo que es, una inquietud, no un drama». Para el autor era muy importante reflejar en la pieza «un trozo de la vida de unos amigos en un fin de semana. Amigos que hablan, recuerdan, se encuentran y desencuentran».
No solo envejece nuestro cuerpo. También lo hacen las relaciones sociales y las necesidades del ser humano. Quizá el individuo debe comenzar un camino en el que aprender a soltarse: dejar atrás la necesidad de perfección y belleza, dejar atrás la idea de que ciertas personas lo acompañarán siempre, comprender que todo es susceptible de cambiar y hacer un trabajo de reencuentro constante con la única persona con la que estará siempre: una o uno mismo.
Quizá sea hora de comenzar ese camino con Cuando sea mayor en Nave 73.
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