EN EL TEATRO LARA

Esther Acebo: «La realidad no es solo una, es según cómo la mires»

Hablamos con la conocida actriz sobre 'Una cuestión de formas', una 'comedia cruel' escrita por Neil Labout

Andrea Garriga

Después de pisar escenario durante dos meses en el Teatro Infanta Isabel, Una cuestión de formas, dirigida por Andrés Rus, vuelve al Teatro Lara del 7 de junio al 7 de septiembre para poner al espectador frente al espejo.

El montaje es una comedia negra del guionista, dramaturgo y director de cine estadounidense Neil Labout que gira en torno a la manipulación de las relaciones humanas y los límites del arte contemporáneo. El texto fue estrenado y dirigido por primera vez en 2001, en el Almeida Theatre de Londres, con el mismo reparto con el que, un par de años más tarde, se llevaría a cabo la adaptación cinematográfica: Rachel Weisz y Paul Rudd.

En TeatroMadrid hablamos con Esther Acebo —que interpreta a Evelyn, el personaje agitador de la obra—, sobre la pieza, su personaje, los prejuicios de los demás y sobre qué es lo que tenemos en cuenta al analizar a otro ser humano.

¿Qué fue lo que más te llamó la atención de esta obra de teatro?

Lo que más nos ha enganchado tanto a mí como a mis compañeros es el texto. El autor escribe de una manera que te atrapa y que te engancha, te va llevando y sorprendiendo a través de la historia.

Varios espectadores destacan tu monólogo final.

Sí, este autor pone un espejo a la sociedad para hacer que reflexione y lo hace a través de mi personaje. Para mí, como actriz, es un regalo porque yo me vi reflejada cuando leí el texto por primera vez y ahora poderle ofrecer esa experiencia al público y, además, rompiendo la cuarta pared, es algo que disfruto muchísimo.

¿Qué es lo que más te gusta y lo que menos de tu personaje? 

Pues lo que más me gusta es un poco lo que menos, en realidad. Me costó entrar un poco en el universo de mi personaje porque es una persona de la que creo que me siento muy alejada. Es una tía muy pertinente, muy fría, incisiva, no tiene ningún tipo de miedo ni de pudor con la incomodidad que puede sentir la persona que tiene enfrente. Pero lo que más me ha divertido ha sido precisamente entrar en ese universo que me es tan ajeno y verme en situaciones de bastante violencia verbal sin ningún tipo de complejo ni vergüenza.

Todos los personajes que has interpretado seguro que han dejado algo de ellos en ti. ¿Qué te ha aportado Evelyn?

Sí que creo que los personajes nos dejan cosas, porque ponemos mucho de nuestro ser en cada uno de ellos. Rescato de ella algo que sí comparto que es que me importe un poco menos la opinión del de enfrente, que si estás segura y comprometida con algo que no te importe tanto la opinión del otro sino ser firme con tu decisión.

La pieza va de los prejuicios o percepciones que los demás pueden tener sobre una persona. 

Sí, el cómo vemos a los demás tiene mucho que ver con las percepciones de cada uno y también con las que tiene uno mismo de su propia persona, con cómo manipulamos y con cómo nos dejamos manipular. La pieza reflexiona sobre cosas muy interesantes, cada vez que vamos moviendo más la obra vamos descubriendo nuevas capas y esto para mí es como un regalo. Sigo teniendo revelaciones en cuanto al texto a día de hoy.

¿Hay similitudes entre contemplar una obra de arte y contemplar a una persona? ¿Es posible que veamos, al observarlas, el reflejo de nosotras mismas?

Sí, esta es un poco la reflexión de mi personaje. Todo es subjetivo, la belleza es subjetiva. Pasa también por ejemplo con las críticas, muchas veces la persona está hablando de sí misma. La realidad no es solo una, es según cómo la mires. La percibimos dependiendo de cómo nosotros estemos o seamos.

La cuestión es que hasta qué punto tú puedes manipular, ya no tanto tu forma de mirarla, sino cambiar a la persona que está frente a ti para que se adecue a lo que tú quieres ver y cómo de perverso puede llegar a ser eso.

La obra está definida como una comedia negra, ¿es 100% así?

Hablamos muchísimo de esto al principio y salió el término ‘comedia cruel’. No es una comedia de enredo y de carcajada aunque es verdad que tiene un poco de todo. El texto es maravilloso, te dibuja una sonrisa y en otros momentos te ríes casi por incomodidad.

Hasta que no lo estrenamos por primera vez, no teníamos muy claro en qué momentos se reiría el público. Y hemos comprobado que hay momentos que a la gente le da mucha risa pero otros que varían dependiendo del público que toque ese día.

«Este texto hace que te lleves muchas reflexiones para la vida y sobre cómo funcionamos»

¿Qué retos os encontrasteis a la hora de trabajar este texto tan rico, con tantas capas?

Entre los cuatro compañeros la verdad es que se ha generado un clima muy bonito desde el día uno. Andrés Rus, nuestro director, hizo mucho hincapié en hacer mucho trabajo de texto desde el principio, cosa que a mí me pareció maravillosa porque efectivamente el texto es muy rico y necesita el espacio que merece.

Creo que las dificultades, por lo menos para mí, vinieron al dar el siguiente paso: poner en pie el texto. Andrés quería una propuesta muy vacía en cuanto al espacio para que pudiéramos aferrarnos sobre todo a la palabra. Al principio había una sensación de mucha desnudez ante el público y la clave fue coger un cuerpo y una forma con la que sentirse cómoda.

¿Qué reflexiones has tenido tras leer y trabajar este texto que te han aportado cosas en tu día a día?

Yo creo muchísimo no en la casualidad sino en la causalidad. Y ha sido empezar a leer y buscar cosas acerca de este personaje y comenzaron a surgir a mi alrededor cosas muy parecidas (ríe). Una amiga mía es coach y me decía que muchas veces hay relaciones que son: «te quiero, pero cambia». Y me ha hecho reflexionar mucho sobre qué es el bien y el mal y quiénes son los buenos y quiénes los malos. Para mí, el gran regalo de este personaje es que ella es la villana y generalmente me llegan personajes para hacer de buena, buenísima. Entonces, ha sido un reto, una diversión, un regalo y una maravilla.

Según la voy jugando cada día más reflexiono: «¿pero es tan mala? Yo creo que no». Me parece que lo que hace es, justamente, poner un espejo para provocar que la gente se plantee si está tan bien o tan mal lo que hace.

Hay relaciones que se inician y que tienen hábitos que resultan extraños, tóxicos pero a la mayoría les resulta normal. Y hace reflexionar sobre qué significa para la mayoría de personas tener una relación. Este texto hace que te lleves muchas reflexiones para la vida y sobre cómo funcionamos.

Escrito por
Andrea Garriga TWITTER

Graduada en Arte Dramático. Creadora de contenidos editoriales y redactora de la Revista de TeatroMadrid.

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