El argentino Nelson Valente dirige Un delicado equilibrio, obra cumbre del teatro americano del siglo XX escrita por Edward Albee —autor conocido por las piezas ¿Quién teme a Virginia Woolf? o Historia del zoo—. El montaje pone bajo el foco los vínculos familiares y de amistad así como también reflexiona sobre el paso del tiempo, la falsa sensación de estabilidad y el peligro de reprimir las emociones.
Manuela Velasco, Alicia Borrachero, Ben Temple, Joan Bentallé, Cristina de Inza y Anna Moliner son los encargados de encarnar a estos personajes que, a pesar de aparentar ser inofensivos y educados, poseen una violencia interna muy interesante de presenciar y que dará mucho juego.
En TeatroMadrid hablamos con Manuela Velasco sobre esta tragicomedia que se podrá disfrutar hasta el 28 de abril en el Teatro Fernán Gómez.
¿Qué es lo que más te llamó la atención de esta pieza la primera vez que la leíste?
Me pareció un texto extraordinario con unos diálogos soberbios, muy inteligente y perturbador. Muy divertido también. Con unos personajes apasionantes, como actriz me daban ganas de hacerlos todos. Y con un planeamiento de un conflicto genial, brillante.
Manuela Velasco: «No me gustaría estar en la cabeza de mi personaje»
Háblanos de tu personaje, cómo es, en qué te pareces y qué aspectos de este te está costando más aceptar.
Me parezco muy poco a mi personaje. Claire busca y provoca el conflicto —salvo en contadísimas y muy misteriosas excepciones—. Dice las verdades sin compasión —de nuevo, salvo en contadísimas y misteriosísimas excepciones—. Es brillante, inteligente, rápida y divertida. Y además es alcohólica, o eso dicen, aunque ella lo niega. Pero el consumo constante de alcohol la vuelve todavía más peligrosa, expresiva, irónica, suelta.
Claire es muy observadora, yo también, en esto nos parecemos y me ha resultado apasionante mirar el mundo con sus ojos. Aunque no me gustaría nada estar en su cabeza.
Hace más de 50 años desde que Edward Albee escribió esta pieza. ¿Qué reflexiones que hace el autor han cambiado y qué aspectos consideras que siguen estando presentes en nuestra sociedad?
Creo que la obra trasciende a su época y a lo particular y habla de asuntos universales y atemporales. Quizá en lo que más se nota el paso del tiempo es en la percepción de la mujer. Por ejemplo, los divorcios de la hija —que los padres no consigan mantenerla casada— y que no tenga hijos son considerados como el mayor de los fracasos.
Manuela Velasco: «Hay que atravesar el dolor, no se puede tapar»
La pieza reflexiona sobre esa necesidad de tenerlo todo controlado, de crear una red de seguridad a nuestro alrededor. ¿Crees que amoldamos nuestra vida en torno a conseguir una falsa sensación de seguridad o estabilidad?
Creo que una amplia mayoría de la sociedad sí. Acumulamos, aseguramos, nos aferramos… Ya lo dice el refrán: «más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer».
El personaje de Agnes se empeña con todas sus fuerzas en conservar, en mantener una familia que hace ya muchos años que no es feliz estando junta. Una familia rota por un duelo que no ha sido reconocido ni atravesado. Un dolor que sale de la peor manera y que hace que la vida en común sea un infierno, una cárcel de la que ninguno se plantea salir.
Durante la pandemia fueron muchas las personas que descubrieron que aquello que creían seguro en su vida no lo era tanto: la presencia de sus seres queridos, la pareja, el trabajo, su propia salud… ¿Crees que el ser humano tiene temor al cambio?
No puedo hablar por toda la humanidad, hablo por mí: el cambio me cuesta y me asusta, así que tengo que recordarme siempre que la vida es eso, cambio. No podemos resistirnos ante la vida, negar su propia naturaleza.
¿Cómo está siendo el proceso de ensayos?
Muy intenso, es un texto de una profundidad y una complejidad apasionantes. Y personajes con un montón de pliegues, de heridas, de derrotas. Con unos comportamientos muy peculiares y muy ricos para trabajar. Y que no paran de hablar. Esto sigue y seguirá siendo un trabajo en proceso.
Por último, ¿qué te llevas como aprendizaje después de ahondar en esta obra?
Hay que atravesar el dolor, no se puede tapar. Es necesario pasar por los duelos de la vida.
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