TRANSFORMISMO

Roberto G. Alonso: «Si unos tacones empoderan, bienvenidos sean»

'Yo, travesti' de Josep Maria Miró estará en el Teatro Corral de Comedias de Alcalá de Henares el 9 y 10 de febrero

Manuel P. Muñoz

El intérprete y coreógrafo despliega un nuevo capítulo de su particular universo queer con un homenaje a las grandes figuras de la transgresión. Yo, travesti de Josep Maria Miró estará en el Teatro Corral de Comedias de Alcalá de Henares el 9 y 10 de febrero con su exquisita combinación de música y humor, pluma y subversión.

Imagen de 'Yo, Travesti' de Josep María Miró

Roberto G. Alonso, en La Modelo. Imagen: May Zircus

TeatroMadrid: ¿Qué es una “alterficción”?

Roberto G. Alonso: Quiere decir que Josep Maria Miró ha escrito una ficción a partir de mi realidad, pero con un prisma idealizado. El ejercicio nos sirve para hacer un repaso de los principales transformistas y travestis que ha habido desde principios de siglo XX hasta ahora, desde Fregoli a Edmond de Bries, pasando por Carmen de Mairena, Violeta la Burra y otras muchas. Imaginemos un hilo que une a todas estas figuras, como si fueran una saga, y lo hacemos de una forma muy divertida, cargada de sentido del humor.

¿Qué formato toma todo esto?

Hay algo de todo. Música, porque me acompaña Jordi Cornudella, que tiene mucho talento como intérprete musical y también como actor. Los travestis siempre han estado muy ligados a la música, imitaban a artistas y cantantes de diferentes épocas, se reflejaban en mujeres empoderadas y avanzadas a su tiempo: Raquel Meller, Sara Montiel, Lola Flores… También el movimiento tendrá un peso específico en el espectáculo, entendido en un sentido amplio, la gestualidad es muy importante.

Imagen de 'Yo, Travesti' de Josep María Miró

Jordi Cornudella, dirige musicalmente el espectáculo

¿Cómo ha sido la investigación histórica?

Apasionante. Hemos investigado bastante los años 20, 30 y toda la transformación social que le acompaña. Había muchos espectáculos de imitación de estrellas, una cultura que ha perdurado a lo largo de los años, a pesar de la dictadura.

El travestismo, al fin y al cabo, es un acto político.

Totalmente. Entonces iba ligado a un tema identitario, artistas rebeldes de una sociedad heteropatriarcal, la reivindicación de otra forma de entender la personalidad y la diferencia, también el rechazo al tipo de masculinidad que se te impone. Al fin y al cabo, una forma de intentar romper con las normas.

«Es importante que las nuevas generaciones conozcan a las figuras pioneras que crearon un precedente de lucha contra lo establecido»

Bastantes artistas terminaron en prisión.

Carmen de Mairena, por ejemplo, estuvo años sin trabajar a causa de las palizas que le dieron en la cárcel. Ocaña también entró en 1978. Más allá del hecho artístico, existe un acto de disidencia social. Es importante que las nuevas generaciones conozcan a estas figuras pioneras que crearon un precedente de lucha contra lo establecido.

Carmen de Mairena

¿Cuál es el primer recuerdo que tienes de la contracultura queer?

El acoso que sufrí de joven me llevó a buscar alternativas personales. Una de ellas fue frecuentar locales de ambiente gay donde existían actuaciones de travestis de toda la vida. La poca información que tenía sobre el mundo del espectáculo se me formó entonces y empecé a realizar pequeñas actuaciones bailadas en las que jugaba con la androginia.

¿Cómo evoluciona después tu carrera?

Con el tiempo entré en el Institut del Teatre de Barcelona y me centré en mi faceta de bailarín. Paralelamente, trabajé en grupos como Clonic Bionic y en las giras de El Molino y, por casualidad después de una sustitución, formé parte de la compañía The Chanclettes durante diez años. Más tarde entré en contacto con Xavier Albertí y fue la semilla que hace eclosión ahora en Yo, travesti 

«Yo soy un hombre que se reivindica como actriz, imito el modelo de mi madre»

¿Qué piensas de ciertas voces que intentan asociar el mundo drag actual (herederos de los travestis) a ideas misóginas?

Yo soy un hombre que se reivindica como actriz, imito el modelo de mi madre: feminidad con tacones y falda, una mujer fuerte, valiente, avanzada. Si unos tacones empoderan, bienvenidos sean. Yo creo que el problema es la lectura de los ojos que te leen, porque no hay un solo modelo de mujer o de hombre. Dotarte de unos atributos que históricamente se han asociado a las mujeres no debe ser un retroceso siempre que exista una lectura más allá de la estética y la frivolidad.

Imagen de 'Yo, Travesti' de Josep María Miró

Imagen de ‘Yo, Travesti’ de Josep María Miró

¿El ascenso de la extrema derecha pone en peligro las conquistas de la lucha LGTBIQ+?

No podemos permitir que manipulen los discursos, que su ideología se imponga a nuestros derechos. Hay cosas que son innegociables, como la libertad individual. Hay que compartir los espacios políticos, pero algunos no quieren perder sus privilegios, la hegemonía de un tipo de masculinidad concreta que se siente amenazada. Es necesario que protejamos los progresos, poder reivindicarnos tal y como somos.

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Escrito por
Manuel P. Muñoz

Periodista especializado en artes escénicas. Director de la revista Entreacto y crítico teatral de El Periódico de Catalunya.

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