Tótems teatrales y voces contemporáneas en la nueva temporada del CDN.

José Antonio Alba

De entre todas las presentaciones que están teniendo lugar estos días en los espacios escénicos madrileños, una de las que se esperaba con más curiosidad es la del Centro Dramático Nacional. Tras el éxito del año pasado, cerca de un 90% de ocupación, se esconden montajes recibidos con bastante tibieza por parte del aficionado; salvando varios títulos que han tenido una fantástica acogida, Espía a una mujer que se mata, El concierto de San Ovidio, El sueño de una noche de verano de Voadora o La autora de las Meninas, por poner algunos ejemplos, la sensación general ha sido de cierto regusto insípido y algo decepcionante, provocando que el anuncio de esta nueva temporada sitúe al CDN en el punto de mira de quienes esperan que sea ese espejo que refleje la situación que respira el teatro a nivel nacional.

Ernesto Caballero, director artístico, presentó la programación de los diferentes espacios, que este año incluye la Sala Mirlo Blanco, en el Valle-Inclán, espacio que hasta ahora servía como lugar de ensayos y talleres, y donde esta temporada se ofrecerá un repertorio de teatro de cámara dedicado exclusivamente a la dramaturgia femenina con propuestas de Asunción Bernárdez, Yolanda García Serrano y Vanessa Monfort, propuestas que vienen reforzadas con montajes como Top girls, esta ya en la sala Francisco Nieva, que supondrá el descubrimiento para muchos de la autora Caryl Churchill.

La temporada se abrirá con la que sin duda será una de las propuestas que más interés va a despertar: Notre Innocence, el regreso a nuestros escenarios de Wadji Mouawad. El creador de Incendios será el encargado de romper el hielo de la nueva entrega de Una Mirada al Mundo, ciclo que cuenta con una visita que ya se ha convertido en tradición, la de Declan Donnellan, que este año traerá The knight of the burning pestle de Francis Beaumont. Y que se completará con Horror de Judith Wendel y dirección de Jakop Ahlbom y Saigon de Caroline Guiela Nguyen.

Este año el CDN viene plagado de nombres consagrados que recuperan grandes títulos. Gerardo Vera y El idiota de Dostoyevski, con Marta Poveda y Fernando Gil; Alfredo Sanzol y Luces de Bohemia de Valle-Inclán, con Jesús Noguero, Ángel Ruiz o Paula Iwasaki; Mario Gas y Calígula de Camus protagonizado por Pablo Derqui, Natalia Menéndez y Tres sombreros de copa de Mihura, con María Besant, Tusti de las Heras o Juan Ceacero; o el propio Ernesto Caballero que además de El jardín de los Cerezos de Chejov, con Carmen Machi, Secun de la Rosa o Carmen Ruiz, pondrá en escena Un bar bajo la arena, homenaje a todos aquellos que vivieron la época del Mariguerri, el bar del Teatro María Guerrero, la actual Sala de la Princesa. Será muy interesante descubrir el trabajo a realizar por la escenógrafa Mónica Boromello en esta propuesta. Otro nombre que aparece por partida doble es Juan Mayorga de quien veremos El Mago, inspirado en una anécdota propia que cuenta cómo fue rechazado como voluntario para un espectáculo de hipnosis, con Maria Galiana y José Luis García Pérez en el reparto, y junto a Albert Boronat y Juan Cavestany, colaborando en Shock. 1 El cóndor y el puma, bajo la dirección de Andrés Lima. También Els Joglars tendrán su hueco dentro de esta programación con Señor Ruiseñor o Calixto Bieito con Obabakoak de Bernardo Atxaga.

Tras La piedra oscura no habíamos vuelto a tener oportunidad de ver a Alberto Conejero programado en el CDN y esta temporada lo hace con La geometría del trigo. Una propuesta muy personal que rezuma poética y memoria, y que, además, supone su debut en la dirección a través de esta residencia artística de la mano de la Sala Cuarta Pared y acompañado por un equipo en el que encontramos nombres como los de Alessio Meloni, Mariano Marín, Consuelo Trujillo, José Troncoso, Zaira Montes, Juan Vinuesa, Eva Rufo o José Bustos.

Pero no solo serán grandes nombres y títulos clásicos los que ocuparán la cartelera del María Guerrero y el Valle-Inclán, también habrá lugar para compañías como Voadora con Garaje, tanto entusiasmaron y sorprendieron en la pasada temporada que repiten este año, o Teatro en Vilo, que presentan Generación why tras Interrupted, montaje con el que ya dejaron patente su valía; o nombres que para los seguidores del Off ya son viejos conocidos y que, por fin, encuentran su hueco en un teatro nacional como María Prado (Impulsos), Íñigo Guardamino (Metálica) y Almudena Ramírez-Pantanella (Quirófano) englobados dentro de ciclos como Escritos en la escena o Nueva direcciones, donde también hallamos a Pilar G. Almansa, Rakel Camacho y David Martínez Sánchez con Comunidad3s. Todos estos nombres resultan una bocanada de aire fresco ante el apabullante listado de tótems de nuestro teatro, pero a la vez se nos quedan algo cortos en días programados ante la inmensidad de toda una temporada que, a priori, resulta interesante aunque ciertamente sin sorpresas.

El CDN mantiene un año más varios de sus ciclos clásicos: Titerescena o Una mirada diferente. Además de contar nuevamente con el Salón Internacional del Libro Teatral a comienzos de noviembre y con La escuela del espectador, donde se incluyen los cuadernos pedagógicos, los encuentros con el público o los Lunes con voz.

Texto José Antonio Alba

Fotos Sanner Peper Kopei y Simon Gosselin

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